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Álbum de recortes

¿Definición de familia?

La Voz de Galicia: Con los argumentos de Zapatero en la mano, es evidente que los polígamos están discriminados. Y no sólo los que quieren casarse con varias mujeres, sino también las poliándricas, que quieren varios maridos, y todas las coyundas de varios gais o lesbianas, o varios hombres con varias mujeres, que quieren realizar una comunidad de amor, adoptar niños, y darles más afecto del que podemos ofrecer los carcas.

De acuerdo con la visión moral y antropológica del Gobierno, la institución del matrimonio carece de dimensión social y de fines específicos (procreación y educación sexuada), y todo se reduce a un acuerdo entre personas para el ejercicio de una opción sexual indeterminada. Por eso no veo ni un solo argumento capaz de frenar la demanda de un matrimonio plural, al que sólo podrían oponerse los obispos, los que no tienen pedigrí laico, y los que creen que, a la hora de definir uniones aberrantes, importa más el número que el sexo.

En España hay millones de personas que estarían dispuestas a formar matrimonios grupales si no se lo impidiese la ley. El artículo 32 de la Constitución lleva tan implícita la poligamia como las uniones homosexuales. Y nadie podrá negar que, desde el punto de vista del orden y la economía familiar, tendríamos enormes ventajas. Los niños nunca quedarían solos a causa del ocio o del trabajo de los padres, porque siempre habría otros padres y madres para cuidarlos. El afecto sería mayor, al evitarse la violencia y las agresiones que produce la caduca y sospechosa pareja bisexual. En caso de divorcio de uno o dos cónyuges los niños ni se enterarían. Y el problema de la vivienda mejoraría notablemente.

En el supuesto de que un hombre se casase con mujeres de distinta raza (blancas, negras, amarillas, cobrizas y aceitunadas) los niños aprenderían el valor de la multiculturalidad en el seno de la familia, y todos estarían capacitados para hablar varias lenguas y practicar varias religiones a la vez. Y todo en una comunidad de amor que, ajena a todo prejuicio numérico o sexual, podría engendrar hijos variopintos o adoptar a destajo.

Y como para muestra basta un botón, responda usted a una simple pregunta. Entre dos legalidades posibles, ¿qué situación prefiere: que un heredero de la Corona se case con un presentador del telediario, cosa que la ley Zapatero hace perfectamente posible, o que forme una familia plural con tres chicas a las que en esta ficción llamaremos Isabel, Eva y Letizia? La preferencia de los españoles por la segunda respuesta es abrumadora, aunque la discriminatoria ley aprobada por ZP la hace irrealizable. Porque, cuando la moral y el progreso se confunden, se entra en un camino sin retorno.

X.L. Barreiro, 2004-10-04

Gobernantes

Gobernantes

El País

Defensa sostenible del Fòrum

Defensa sostenible del Fòrum

Lateral: A pesar de los ímprobos esfuerzos de los organizadores y el respaldo casi unánime de los mass media de Cataluña, al Fòrum de Barcelona le salieron enterradores por doquier, incluso antes de que se inaugurara. ¿Cómo se atreven a juzgar por adelantado? Es como dejar de leer un libro por el mero hecho de que sea horrendamente aburrido. Y éste ni siquiera ha sido aburrido. Al contrario, yo he visto a mucha gente divirtiéndose a su costa, y me imagino que en el lado opuesto también se han divertido de lo más lindo. 327 millones de euros de presupuesto de partida -o de partido- da para pasarlo en grande.

A lo mejor estoy apresurándome, y muchos de nuestros lectores (incluidos los catalanes) ni siquiera saben aún lo que es este magno acontecimiento cultural que, según su lema, "moverá el mundo". Reconozco que no es fácil saber a ciencia cierta lo que es el Fòrum de Barcelona 2004 (¡oh, esas odiosas sonrisas socarronas cada vez que se pronuncia su nombre!), pero reconozcan ustedes también que ninguno de los acontecimientos que movieron el mundo fueron reconocidos a su debido tiempo: ni el sistema decimal impositivo de Moisés, ni las parábolas amorosas de Jesús, ni las ficciones sociales de Karl Marx. En este sentido, pues, el Fòrum tiene las mejores cartas para pasar a la Historia.

Su significado oculto, el enigma de su existencia, recuerda a las teologías de máxima trascendencia y mayor difusión. Como a los demiurgos más temidos, sólo es posible definirlo de manera negativa. Cuando se barajó la posibilidad de que se tratara de una Exposición Universal, los Organiza-dores rechazaron la insinuación. Tampoco resultó ser una olimpiada cultural, un megafestival de verano, ni un parque temático de la paz, la sostenibilidad y la tolerancia, esa Santísima Trinidad de la posmodernidad, que constituye el eje espiritual del evento. Tampoco crean ustedes que están ante una fiesta popular; para ello, tendría que haber sido eso, una fiesta, y encima popular.

Al final, los Organizadores decidieron cortar por lo sano con el cachondeo de ponerle etiqueta a lo Innombrable, y acallaron a los insistentes con un rotundo "el Fòrum será algo nunca visto". Hay que ser un amargado para no ver en esta fórmula magistral un mensaje positivo y honesto. Resulta mucho más realista cumplir con lo inimaginable que con las cosas de siempre que la gente espera de los políticos. ¡Y vaya si han cumplido!

Para empezar, durante estos meses de Paz, Tolerancia y Sostenibilidad, los barceloneses hemos tenido a nuestra disposición un sinfín de seminarios, congresos, jornadas, mesas redondas y conferencias sobre las cuestiones más candentes de la Humanidad. Lástima que estos diálogos han logrado despertar interés sólo cuando el dialogante fue una estrella de la Buena Conciencia, como es el caso de nuestro canario honorario José Saramago. Por otra parte, se ofrecía una amplio abanico de diversiones populares, con preferencia por las manifestaciones multiculturales y/o/e/u de cierta carga simbólica en este sentido.

Me refiero a espectáculos como la Sardana gigante (un género arriesgado hasta en su versión más minimalista), dibujando el logotipo del Fòrum, o al desfile de samba en el que nuestro comprometido alcalde -a pesar de su manifiesta incapacidad para el ritmo- eclipsó con su baile a un famosísimo cantante brasileño. Podría nombrar también la banda palestino-isrealí que hizo una viva demostración de que sí es posible la paz en Tierra Santa, siempre y cuando estemos dispuestos a pagar por ella un altísimo precio musical.

Para aprovechar sinergias y multiplicar el efecto dinamizador -dos conceptos de candente actualidad-, el Fòrum ha colonizado la ciudad, incluyendo en su programación el habitual menú cultural de Barcelona. Y con ello, se han conseguido matar dos pájaros de un tiro: hinchar la problemática oferta del Fòrum, y convertir Barcelona en una especie de zoo de la corrección política en el que cada uno de sus habitantes cumplíamos el papel del figurín voluntario, eso que tanto le ha faltado al evento.

Sin embargo, precisamente en este punto creo que se han quedado un poco cortos los Organizadores. ¿Por qué sólo Barcelona? ¿Por qué acotar el terreno a una sola ciudad, tratándose de un proyecto tan ambicioso, tan universal? ¿Por qué no invertir el proceso de globalización? ¿Por qué no atreverse, e ir más allá? ¿Por qué no extender el radio de actuación a todo el planeta? Piensen en las enormes ventajas de esta opción: hasta las guerras se librarían como life shows para ilustrar los diálogos de Barcelona. Además del impacto universal, el ahorro sería considerable. Como todo el globo sería escenario del Fòrum, nadie ni nada tendría que moverse ni cobrar su caché.

Pero seamos realistas y resignémosnos a lo imposible. Se ha hecho lo que se ha podido, lo cual no es poco, incluso, a veces, parecía demasiado. Piensen ustedes en iniciativas tan ocurrentes como la de aportar sangre joven y parlanchina a conciertos de música clásica carentes de público. Recuerden cómo nuestras plazas públicas se han llenado de músicos ambulantes, pero no mendigantes, para hacernos la vida más sostenible, a costa del pobre Fòrum. Inspírense en el rincón de la protesta social donde se podía uno ensañar con una cacerola colgante.

Hasta improvisar se ha sabido con soltura y eficacia. Cuando la filtración de los guerreros chinos, ¡apa!, los albañiles; cuando subió la temperatura, pusieron una playa muy mona, con escaleras y todo, donde uno podía darse un solidario chapuzón; cuando resultó evidente que faltaba público, pusieron una discoteca; y cuando la peste a causa de la depuradora sobre la que se asienta la plaza del Fòrum, ipso facto, cerraron el chisme y -debajo de los diálogos sobre un mundo mejor- el detitrus iba directo al mar. Al menos, según las malas lenguas, que nunca faltan.

Yo no entiendo por qué ese resentimiento contra tantas buenas intenciones. Pero ¿qué quieren? ¿Hubieran preferido que nuestro dinero de contribuyente se gastase en guerras e intolerancia? Además, tampoco es cierto que a nadie le agrade el Fòrum. A los niños les encantaba. Casi tanto como Disneyland. Tengo, además, una amiga editora que defiende el Fòrum a ultranza porque le ha dado trabajo a todos sus amigos payasos y saltimbanquis. Al parecer tiene un montón. También Josep, mi peluquero, afirma tener un cliente al que le gusta, pero dice que no vale porque se trata de un estudiante universitario, cuya participación en los debates se amortiza con créditos de libre elección.

Josep, catalán de tierra adentro, es así: incapaz de entusiasmarse. Se queja de que le traigan al Fòrum pobres desde el extranjero, cuando justo al lado tenemos La Mina, el barrio más degradado de Barcelona. No es cierto, Josep. Los diálogos han acogido hasta auténticos presos catalanes -aunque se escaparan, ¿qué le vamos a hacer?-. Pero Josep es terco, y para opinar sobre los resultados quiere ver una hoja de Excel a la entrada de cada evento con el precio que nos ha costado. Es de aquellos suspicaces que preferirían que los presupuestos del Fòrum se hiciesen públicos y comprobables, ítem por ítem.

No te preocupes por presupuestos, Josep, nuestro dinero está tan bien invertido como gastado. Hoy, 20 de septiembre, me disponía a regresar al despacho para terminar esta nota, cuando he escuchado por la radio que el balance financiero casi definitivo del Fòrum es muy satisfactorio. Es una pena que pocos le vayan a dar crédito a estas esperanzadoras cifras. Sin embargo, el director encargado de divulgar la buena nueva no ha dejado lugar a la duda: no habrá déficit, pero -seamos realistas- tampoco superávit. Y para mayor claridad añadía: "En el sentido empresarial estamos a cero". ¡No sea tan modesto, señor Oliveres! Muchos pensamos que lo están también en todos los demás sentidos.

Mihály Dés, 2004-10

Visión histórica

La Voz de Galicia: Parece que Jesucristo estará otra vez de moda; pero se supone que moda pequeña y pasajera, nada comparable a lo de Bisbal y demás dioses mayores de la nueva situación, que ya se permite con la antigua las mismas estéticas y cuchufletas que la antigua se permitió con la anterior. Quiero decir que la religión que hace veinte siglos redujo a historietas bellas la majestad de Zeus o el desbarajuste de Dioniso ahora ve cómo a los adoradores del Becerro de Lata (¡de Oro en los buenos tiempos de Moisés!) se les vende el Becerro -el coche, quiero decir- con publicidad en la que Pedro, Lucas, Pablo... altares, catedrales y polifonías también se quedan en historietas, en mitología con que envolver, como si fuese para regalo, el sacramento más característicao de la nueva religión, el Coche.

Hace unos años con el Et incarnatus est se hacía genuflexión y, si te cantaban el de la Misa en do menor de Mozart, el estremecimiento te duraba una semana. Esa letra y lo que hay detrás de ella ya interesa poco y a poca gente, pero movió a Mozart para una música sobrehumana que a la publicidad hortera y con las neuronas en el recto, antesala del mismísimo culo, le vino bien para anunciar papel higiénico.

Ese Cristo que se encarnó para inspirar a Mozart no fue profeta en su patria. Lo mataron y una de las desfeitas no menores fue que, habiendo parido Roma tanta gente capaz para hacer maravillas, el romano más citado y recordado es Poncio Pilato, un cagatintas, un componendas, un no me compliques la vida. Podríamos tener en cabeza, por ejemplo, a César con lo requetebién que escribía y lo cabronazo que fue masacrando galos, pero tenemos que apencar con un imbécil que se lavó las manos para ser antonomasia de tenerlas sucias.

A Cristo lo mataron porque dio la lata. Le había pasado cuatro siglos antes a Sócrates y no hay papel para resumir la lista de los que murieron por dar la lata con rollos que ponían en evidencia lacras y fariseos, oligarcas y putiferios. Entre otras muchas cosas, lo de amar al prójimo tenía mal acomodo en los oídos de quienes llevaban muchos siglos muy cortos de prójimo porque eran pueblo elegido , un puñado de tíos estupendos siempre rodeados por la perversidad ajena. Mal podía amar más allá de sus narices el acostumbrado a textos en que, por decirlo a la moderna, la alegría por ver perder al Barcelona era mucho mayor que la de ver ganar al Madrid. Yo me explico, ustedes me entienden y vamos al párrafo siguiente.

A Cristo, judío, lo mataron sus vecinos judíos y no hay vuelta de hoja. Fue un justo en medio de hienas. Y el asunto trae cola y hay película que ya han querido pasar por la piedra de la corrección política porque, siendo absolutamente evidente que los judíos de hoy nada tienen que ver con aquella estupidez criminal, no les favorece que su insensibilidad para aprender de lo sufrido en carne propia los tenga salidos de madre en lo que hacen sufrir a la carne ajena. Yo me explico, ustedes me entienden y cambio y corto.

Juan J. Moralejo, 2004-02-27

Ceremonias preelectorales

La Voz de Galicia: Todavía hay gente que piensa que la política es como la liga de fútbol, que una vez concluida, y después de cambiar tres equipos, pone sus cuentas a cero y empieza otra vez como si nada hubiese pasado. Por eso se oyen muchas voces que piden que todas las campañas se hagan con un ceremonial completo, con debates que enfrenten a los candidatos, con una renovación de promesas que se remonte al bautismo, y con explicaciones del programa que no den por supuesto nada de cuanto los ciudadanos ya saben y valoran con prudente escepticismo.

Pero, lejos de esa visión fragmentaria, la política es un hecho continuo e indivisible, en el que se acumulan experiencias pasadas, en el que hay muchos problemas de larguísima duración -el terrorismo, el paro, la Justicia, la vivienda, las infraestructuras... ¡siempre lo mismo!-, y en el que compiten muchas personas que tienen un currículum de veinte o treinta años -en Galicia cincuenta- de servicios a la patria. Por eso tiene mucha lógica que, a salvo de situaciones que aconsejen otra cosa, los políticos europeos no repitan todo el ceremonial de campaña con el meticuloso guión de la política americana, que es admirable, ciertamente, pero que no constituye un paradigma exportable a toda circunstancia.

X.L. Barreiro, 2004-02-21

Parábola económica

La Voz de Galicia: Fulanito y Menganito son amigos y miembros de una peña con la que todos los viernes salen a cenar y a tomar unas copas. Para que las juergas sean asequibles a todos los bolsillos acordaron que las cuotas a pagar serían un 1% de los salarios de cada integrante de la sociedad. Fulanito maneja buena viruta y se embolsa 3000 euros al mes. Menganito tiene un currele más modesto y su sueldo es de 1000 euros mensuales. Así, el primero abona a la peña gastronómica 30 euros por noche y el segundo sólo 10.

Todo iba bien. Siempre sobraba pasta y no había que apoquinar más euros por mucho que se extendieran la noche y los cubatas. Hasta quedaba dinero para los taxis de vuelta a casa.

Sin embargo, un nuevo presidente se hizo cargo de las cuentas y prometió una bajada de las cuotas. Un 50% menos para todos, dijo, y todos le aplaudieron sin reflexionar. Fulanito estaba encantado porque las cenorras ahora sólo le costarían 15 euros. Menganito se ahorraría menos, pero sólo pagaría 5 euros y eso le gustó. Pero claro, el fondo se resintió y ya no llegaba ni para la segunda copa ni para los taxis así que, noche tras noche, cada miembro de la peña tenía que desembolsar del ala otros 15 euros a mayores para el fondo común. A Fulanito le dio igual porque seguía gastándose 30 euros, pero Menganito tuvo que dejar las juergas de los viernes porque no podía pagar los 20 euros que le correspondían.

Moraleja. Cuando le hablen de rebajas de impuestos pregúntese si usted gana 3000 ó 1000 euros al mes y haga cuentas de lo que paga a mayores al fisco por los impuestos indirectos e insolidarios del gasóleo, por ejemplo.

Esa es la trampa, amigos.

Xurxo Melchor, 2004-03-03

Soledad inmensa

Soledad inmensa

Diario Vasco: Hondarribia permanece dolida aún por la muerte de Jokin, el joven de catorce años, estudiante del Instituto de la localidad, que la semana pasada murió tras saltar al vacío desde la muralla. El adolescente venía siendo víctima desde hace más de un año de una situación de acoso y maltrato por parte no sólo de compañeros del centro donde estudiaba, sino también de otras cuadrillas de la ciudad.

Algunos de los estudiantes expedientados apenas salen de sus casas y cuando lo hacen acuden a lugares poco concurridos. Otros han optado por marcharse de la ciudad. Sus padres dicen que los "chavales están deshechos. Lo están pasando muy mal". Tratan de mantenerlos, en la medida de lo posible, distantes de la crispación que se ha generado en torno a sus personas. Temen que este episodio les estigmatice para toda su vida. Tres de ellos habrían ya decidido no continuar en el Instituto hondarribiarra.

Padres de estos chicos afirman que no tenían conocimiento de la grave situación de maltrato en la que el joven fallecido vivía desde el inicio del curso pasado cuando, tras una gastroenteritis que le llevó a hacerse sus necesidades encima, comenzó a ser objeto de mofa por parte de los estudiantes del Instituto. A las risas le siguieron las vejaciones, las humillaciones y hasta las agresiones por parte de un amplio número de alumnos del centro. "En aquellos momentos, su cuadrilla fue su refugio y muchas veces su defensa", sostiene el padre de un alumno expulsado.

La situación para Jokin se agravó después de que él y tres de sus amigos fueran sorprendidos el pasado verano en un campamento cuando fumaban porros. Los monitores enviaron una carta a sus padres y si bien los otros chavales interceptaron las misivas, Jokin no lo hizo. A partir de ahí, la víctima fue acusada de chivato por sus propios amigos y las relaciones entre ellos se tensaron. Al comenzar el curso, el pasado 13, el menor fallecido fue objeto durante tres días consecutivos de diversas agresiones.

Por temor a nuevas palizas, el chico no acudió al colegio. El viernes día 17, la tutora llamó a los padres y les informó de las ausencias. "El sábado por la noche, el padre de Jokin llamó a otro de los padres y le comentó que su hijo estaba siendo agredido. Al día siguiente nos reunimos los afectados y llegamos al compromiso de que nunca más le volverían a poner la mano encima. Me gustaría saber si esto mismo se lo explicaron a Jokin", manifiesta.

"Con Jokin se metían muchas personas, tanto en el Instituto como en la calle y sus amigos solían defenderle", afirma uno de los padres. Sostiene asimismo que los episodios de violencia protagonizados por sus hijos y los amigos de éste se circunscriben a los primeros días del presente curso. "En la primera jornada, por aquello de los porros le dieron algún cachete y el tercer día recibió un tortazo y algunos golpes más, después de la celebración del aniversario del incidente de la diarrea. Este aniversario, sin embargo, fue algo premeditado y allí participaron muchos alumnos, no sólo los ocho que han sido sancionados" explica un padre.

En medio de estos dos episodios, Jokin fue víctima de un bombardeo de balonazos en el gimnasio, un incidente en el que según los padres, no participaron sus amigos ahora expulsados, aunque sí otros compañeros de clase y alumnos de cursos inferiores. "precisamente, fue uno de su cuadrilla quien puso fin a aquella situación" relata un padre, quien admite que Jokin recibió un trato vejatorio, "pero por parte de muchos. Mi hijo es responsable de lo ocurrido el primer y el tercer día de clase»"

Los padres opinan que sus hijos no son culpables de la muerte. "Entendemos que son responsables de lo que han hecho: de haberle pegado y de haberle acosado durante los últimos días. Hemos tratado de hacerles ver que, pese a la pena que les embarga por su muerte y el temor que puedan tener a la reacción del entorno, ellos no le empujaron".

No hay comienzo

100cia: Gabriele Veneziano, padre de la teoría de cuerdas y su equipo, han propuesto un modelo cosmológico en el cual el denominado big-bang no sería el principio del universo (Investigación y Ciencia, 334, Julio 2004). Por lo tanto, el tiempo no tendría su inicio en él. Su modelo, basado en la teoría de cuerdas, expone que el universo ha existido desde siempre. La materia en él estaba muy enrarecida, y con el paso del tiempo dicha materia fue agrupándose poco a poco. En algunos lugares se llego acumular tanta materia que se formaron agujeros negros. La materia que caía en su interior quedaba para siempre separada del universo.

Esto sucedía en todos los agujeros negros; así pues, el universo primigenio quedaba dividido en fragmentos desconectados de él. Este proceso seguía inexorablemente y la materia continuaba acumulándose, aumentando así su densidad en el interior de dichos agujeros, pero según la teoría de cuerdas existe un limite para la densidad de materia que no puede ser rebasado. Cuando se alcanzó dicho limite la materia rebotó, comenzando así a expandirse. Ese momento sería lo que nosotros hemos denominado big-bang. Según este modelo, nuestro universo, sería el interior de un agujero negro.

Otro grupo de cosmólogos y teóricos han propuesto un modelo más extraño aun. Su modelo cosmológico parte de la idea de que nuestro universo es una membrana de varias dimensiones moviéndose a través de un espacio de más dimensiones. Para que la cosa no nos resulte tan extraña y difícil de digerir, reduzcamos el numero de las dimensiones. Imaginen que nuestro universo y otros que pudieran existir sólo tienen dos dimensiones, es decir, que fueran planos. Serían como enormes folios moviéndose en el espacio de tres dimensiones, al que tan acostumbrados estamos.

Según este modelo, dos universos membranas (los folios en nuestro caso) se irían acercando, hasta que llegaran a chocar, ese choque sería lo que nosotros conocemos como big-bang. A partir de ahí los universos membranas se irían separando y evolucionando cada uno por su lado. Pero llegaría un momento en el cual dejarían de alejarse y empezarían a acercarse de nuevo, comenzando así, un nuevo ciclo, el proceso continuaría indefinidamente. Seria indefinido en el tiempo tanto hacia el futuro como hacia el pasado, esto es, nunca hubo un principio.

Cierto es, que cuando uno lee cosas como estas, se pregunta si esto es ciencia, o más bien ciencia ficción. ¿Son esto simples especulaciones de científicos aburridos? No, lo más interesante de todo esto es que los modelos cosmológicos que defienden estos dos grupos de científicos son falsables. Dicho de otro modo, que podemos comprobarlos. Ambos grupos, basándose en sus modelos cosmológicos, han hecho unas predicciones sobre la frecuencia e intensidad de las ondas gravitatorias que deberían ser detectadas. Las ondas gravitatorias son oscilaciones del espacio-tiempo. Serían algo parecido a las ondas que se desplazan por la superficie de un estanque cuando alguien tira una piedra en él. Si una onda gravitatoria alcanza un cuerpo, éste, al paso de la onda a través suyo, se estirara y se comprimirá.

La teoría predice la existencia de dichas ondas aunque hasta el día de hoy no se ha detectado ninguna. Situación que puede cambiar con los observatorios como el LIGO y el VIRGO. Estos observatorios, junto con el satélite Planck, podrán, en opinión de Gabriele Veneziano, confirmar o desmentir estos modelos cosmológicos.

Ismael Pérez Fernández, 2004-09

Democracia dependiente

Libertad Digital: ¿Qué democracia puede haber cuando las personas no tienen libertad económica y, por tanto, dependen de la burocracia estatal para poder subsistir? ¿Qué democracia hay cuando las empresas son estatales, manejadas por los políticos de turno? ¿Qué democracia puede ser real cuando los medios de comunicación están en manos del Estado o fuertemente amenazados por el poder político y económico estatal? ¿Qué democracia puede existir cuando la educación (que más se parece a un lavado de cerebro) se dirige desde un ministerio manejado por políticos hambrientos de votos y apoyo de la opinión pública?

Pero de qué voto libre hablan, si en algunos países el voto es obligatorio y los políticos pueden, de hecho, obligar a votarlos aún cuando el voto es supuestamente secreto.

De manera que lo mismo da si hubo o no fraude en el referéndum de Venezuela, definitivamente eso no es democracia real, las personas no son realmente libres y, por tanto, lejos están de poder elegir con verdadera libertad. Pero Chávez necesita, además de perpetuarse, incrementar exponencialmente su imperio populista que, a pesar de los altos precios del petróleo, ha destrozado la economía llevando la pobreza y el paro a niveles astronómicos, haciéndola, precisamente, cada vez mas dependiente de los recursos y limosnas estatales.

Alejandro A. Tagliavini, 2004-09-29

Europa ultraliberal

La Voz de Galicia: Dentro de un mes, el 1 de noviembre, entra en funciones la nueva Comisión Europea que preside el portugués José Manuel Durão Barroso. Este ex-maoísta convertido en atlantista pro-Bush (era el cuarto hombre en la reunión de las Azores que anunció la invasión de Irak) y neoliberal de choque ha escogido para los principales puestos de la Comisión a personalidades conocidas por su intransigente apego a las políticas más ultraliberales.

En un momento delicado de la construcción europea, cuando se trata de digerir la ampliación a 25 Estados y está a punto de arrancar el gran debate público para el referendo sobre el tratado constitucional, esta nueva Comisión aparece como una especie de provocación antipopular.

Barroso ha atribuido las dos principales carteras de su Gobierno -Competencia y Mercado Interior- a representantes de dos pequeños países: Neelie Kroes, de Holanda, y Charly McCreevy, de Irlanda, dos ultraliberales histéricos.

A Neelie Kroes, en los Países Bajos la llaman Nickel Neelie, en alusión a Iron Lady, la dama de hierro, apodo de Margaret Thatcher, que impuso con mano de acero una violenta purga neoliberal en la Inglaterra de los años 80. Neelie Kroes llevó a cabo en su país, sin que le temblase el pulso, la privatización de Correos que se tradujo en miles de despidos.

El irlandés Charly McCreevy es un apóstol del libre mercado a ultranza; cuando era ministro de Economía no dudaba en utilizar la disminución de impuestos a las empresas para provocar deslocalizaciones en favor de Irlanda; es un partidario firme de la flexibilidad del trabajo que, como sabemos, significa la posibilidad para los empresarios de reducir los salarios y de modificar a gusto los horarios. No hay que esperar de él la minima defensa de los derechos sociales de los trabajadores ni tampoco una eventual armonía fiscal europea.

Quien dude de este viraje ultraliberal de Europa y de sus consecuencias para los pobres ciudadanos, que lea los periódicos de los medios de negocios: The Economist y The Wall Street Journal . Hablan con júbilo de la nueva Comisión y la califican de "amiga de los empresarios". Los trabajadores sufrirán.

I. Ramonet, 2004-09-29

Carteo y coda

Gara: Ocurre, a veces, que posturas que nos gustaría adoptar o pasos que deberíamos dar no los damos porque sabemos que van a ser utilizados de tal manera que se hará una lectura distinta a la intención con la que se realiza ese gesto. Lo que no se puede permitir es que se diga que has dado un paso explicando con detalle algo que jamás ha ocurrido, y esa es la razón del título de estas líneas. Me explico.

Un amigo me entrega fotocopia de unas páginas del libro "Autobiografía razonada" (Ed. Taurus 2003) de Fernando Savater. En la página 355 el autor hace referencia a mi persona como su compañero en la Plaza de Guipúzcoa de San Sebastián: «Entre los poquísimos personajes populares que aquellos días aparecieron en nuestras concentraciones figuraba el simpático forzudo Iñaki Perurena, campeón de levantamiento de piedras. Yo procuraba ponerme siempre cerca de él por si nuestros hostigadores venían a por nosotros».

Me dirijo a usted, Señor Savater, ya que si realmente todo lo que dice o escribe es tan verdad como esto, compadezco a sus seguidores y admiradores.

En cuanto a lo de simpático forzudo, le diré que mi forma de entender lo de ser harrijasotzaile no es, precisamente, la de ser forzudo; y en cuanto a lo de simpático, lamento desilusionarle, ya que mentiras como la suya me borran la sonrisa.

Creo que mis palabras y actos, así como mi forma de ver las cosas que aquí ocurren son conocidas. Sin embargo, no puedo por menos que hacer una pequeña reflexión al respecto, ya que usted parece desconocerlas profundamente. Por muchas cosas que usted diga sobre movimientos etnicistas, nacionalistas y demás supuestas deformaciones que observa en nuestro derredor, aquí, desde su San Sebastián y tirando hacia el Pirineo por ambos lados, ha existido históricamente una estructura de convivencia absolutamente soberana, independiente y respetada en Europa, con sus leyes, tribunales, cortes, moneda, imprenta, lengua y todo aquello que requería un Estado propio. Una estructura política que durante siglos ha sido erosionada mediante la fuerza.

Si resulta que debemos olvidar todo eso y aceptar como verdadera y buena la forma en la que se nos ha hecho creer que ocurrió, así como que fue por nuestro bien, entonces sí señor Savater, entonces puede escribir en la próxima edición de su libro que no sólo nos concentrábamos juntos, sino que luego nos íbamos a cenar, y puede usted incluso hacer mención del voraz apetito de quien suscribe, porque así le quedará más gracioso.

Ironías aparte, le ruego que:

1. Diga públicamente que es mentira lo que escribe sobre mi presencia junto a usted en dichas concentraciones.

2. Explique por qué ha escrito dicha falsedad.

3. Diga por qué ha incluido en la mentira la coletilla de «siempre se ponía a mi lado», dando a entender que ocurrió muchas veces; ya que si llega usted a decir que en alguna ocasión aparecí por allí, aunque luego yo lo negase, podría generar alguna duda.

Espero que, en caso de nuevas ediciones de su "Autobiografía razonada", la mentira que ha dado lugar a esta carta no vuelva a ser publicada. Nada más.

Iñaki Perurena

Diario Vasco: Por lo visto, Iñaki Perurena se ha llevado un buen susto cuando alguien le ha mostrado una página de mi último libro en la que cuento que asistió en San Sebastián a alguna concentración de protesta tras un asesinato de ETA, en la que yo también estuve. No creo que tal presencia sea nada de lo que avergonzarse, pero parece que Perurena sí lo cree así y -supongo que movido por actuales compromisos televisivos o de otra índole, ya se sabe que el que paga manda- cree conveniente modificar su biografía en ese punto... a mi costa. Pues no, señor Perurena: es usted el que miente y no yo. Usted asistió al menos a un par de tales actos cívicos, lo cual le honra: lo que en cambio no le honra es negarlo ahora, usted sabrá por qué. Y lea bien el texto que usted mismo cita: nunca dije que fuera usted el que se pusiera a mi lado sino que me ponía yo al suyo. Lo contaba un poco en tono de broma ligera, como lo de «simpático forzudo» que también parece haberle molestado. Pues nada: lo retiro. Iñaki Perurena no es forzudo ni simpático; tampoco sabe una palabra de historia, a juzgar por la leccioncilla mitológica que perpetra en su carta. Lo demás lo mantengo todo punto por punto y ante quien haga falta, sea forzudo o no.

F. Savater

Diario Vasco: Vuelvo a decir que es mentira lo que dice usted en su libro sobre mi. Es totalmente falso que en las concentraciones en la plaza de Gipuzkoa de San Sebastián usted se colocara a mi lado, porque yo nunca me he concentrado allí. No creo, ni he dicho, que sea vergon-zante estar en contra de ningún asesinato, ni de ETA, ni de otros, ni quiero cambiar mi biografía. Reitero que mis pasos están a la vista de todos, y en esos pasos he dicho que ETA es un mal, y que me han dolido los muertos que ha provocado, y que deseo que deje de existir, y que si pudiese hacer algo por ello lo haría, como también creo que ETA es un mal consecuencia de otros males. Mis palabras y actos, acertados o no, son porque quiero ser leal conmigo mismo. No para conseguir un bocado televisivo.

Señor Savater ¿Insinúa que para trabajar en ETB no conviene estar en contra de ETA o el terrorismo? Yo no soy historiador, pero desde que leí la frase «el pueblo que se divorcia de su historia abraza la muerte», me interesa conocer la historia de mi pueblo. Quien conozca esa historia y lo dicho por mi y por usted en estas líneas sabrá quién está diciendo disparates. Estoy por la vida y me duele tanta muerte. Deseo una vida digna, que es lo más grande y lo mínimo que se puede pedir. Deseo esa vida para las personas, sus ideas, sus palabras, sus lenguas, culturas y pueblos.

Diario Vasco: Acláreme usted una cosa, sr. Perurena. Supongamos que yo me equivoco y usted nunca se concentró en la Plaza Guipúzcoa contra ningún crimen de ETA. Supongamos que vi a otro deportista famoso, por ejemplo un jockey de Lasarte, y le confundí con usted. Si usted está contra los asesinatos y no considera malo protestar contra ellos, ¿por qué se indigna tanto por mi error? Después de todo, lo que hice en mi libro era elogiarle, no acusarle de ningún atropello. Y me reconocerá que no tengo ningún motivo para inventarme cosas elogiosas sobre usted, salvo que quiera pedirle que me eche una mano con los muebles en la próxima mudanza.

Su enfado guarda poca proporción con el motivo que lo provoca, sr. Perurena. Se parece más bien al sobresalto de alguien a quien se le acerca de repente el comisario político de turno y le dice: «¿Sabes que Savater habla de ti en su libro? Y cuenta que ibas con él a no se qué concentraciones. En fin, tu verás, pero a ver si eso te va a traer problemas...». Y entonces, ¡zas!, carta indignada al canto. Que una cosa es estar contra ETA y otra contaminarse con la proximidad de quienes se atreven a criticar al nacionalismo, aunque tal cercanía se diese hace veinte años y por una buena causa.

En fin, señor Perurena: que esa «vida digna» que usted desea y yo también es difícil de conseguir, pero aún más difícil de conservar: la dignidad siempre trae problemas, sobre todo en el País Vasco.

F. Savater

Rebelión: Los lectores hemos asistido a una diatriba entre Iñaki Perurena y un antipático enclenque olvidadizo, que le citó erróneamente, según acaba reconociéndolo ante la evidencia más incontestable de la prosa contundente del harrijasotzaile navarro. El colmo de la insolencia ha sido acusar al poeta de Leitza de estar vendido a intereses por parte de un verdadero experto en el tema, que podría quedarse calladito, al menos en la prensa local, tras cambiarse por enésima vez de camisa azul y de chaqueta multicolor, como recordamos todos los vascos con memoria, y dedicarse a recrear su historieta personal para otros mercados, como es su especialidad. Frente a un culto baserritarra, y empleando a la preciada institución vasca ETB como insidiosa arma arrojadiza, el constructor de autobiografías y recuerdos falsos, pretende vanamente injuriar a todos los vascos hablando nada menos que de ajenos comisarios políticos, cuando éste es otro de sus reconocidos pluriempleos, paradigmático del "quien paga, manda".

Ha sido un debate manifiestamente desigual, porque la altura ética y moral de nuestro deportista y actor le otorga una insalvable superioridad de coherencia y dignidad, propio de quien hace treinta años y en la actualidad, pensaba y piensa lo mismo sobre la violencia, sin sacar una vergonzante tajada por ello, ni antes ni ahora. Y si las urnas no mienten, los vascos también nos quedamos con la Historia en la que cree Iñaki Perurena, y no la de un repulido amnésico, ciertamente inconfundible por el oportunismo de sus artimañas, sin otro mérito que seguir siempre al lado de los poderosos, quienes ahora contratan críticos contra el nacionalismo vasco.

Finalmente, quienes llevamos toda la vida rechazando todas las formas de violencia política, sin relatar ni enarbolar nuestra presencia en centenares de concentraciones y manifestaciones por la paz, donde no mirábamos quiénes estábamos ni nos movíamos para salir mejor en ninguna foto, le agradecemos al mendaz y asustadizo oponente de nuestro harrijasotzaile su última reconversión, como siempre desinteresada. Pero que se ponga a la cola, como poco enigmático converso que es, y no pretenda dar lecciones de coherencia en Euskadi, ni a señalar que la dignidad trae problemas, como sabemos demasiado bien los vascos, y probablemente mejor que nadie Iñaki Perurena, una de las figuras más queridas y representativas del sentimiento vasco, pacífico y democrático.

Mikel Agirregabiria Agirre

Descripción general de Euskal Herria

El País: A estas alturas del curso, ya tengo sobradamente aprendido que es tarea inútil responder a las reiteradas falsedades que vuelven a afirmarse impertérritas sobre la situación en el País Vasco. Argumentes lo que argumentes, rebotan de nuevo como si nada hubiera sido dicho, tras un cortés 'sí, pero...' de puro trámite. Es un eterno retorno de lo memo que hubiera desesperado a Nietzsche, a su hermana y a toda su parentela. Yo quiero ser más difícil de exasperar. Estoy angustiosamente convencido de que esa pertinacia en el fraude objetivo responde a la decisión de no ver para no padecer, no a ninguna siniestra complicidad con el terrorismo o con los proyectos totalitarios que medran a su sombra. De modo que vuelvo a insistir, contra viento y marea, contra el viento que nos marea. Pasaré revista breve a cinco de las más fatigadas falsedades, recordando los argumentos que las invalidan, y acabaré insistiendo sobre una verdad que no ha merecido suficiente atención. Como esta última la ha dicho Ibarretxe, espero ganarme cierto aprecio terminal por quienes valoran ante todo la equidistancia.

Primera falsedad: la ilegalización de Batasuna atenta contra la democracia porque deja a gran parte del electorado vasco sin representación parlamentaria. La más reciente expresión que conozco de esta mentira se la he leído nada menos que a Rigoberta Menchú, al hablar en una entrevista concedida al diario mexicano La Jornada de 'una medida que pretende dejar sin expresión política a una parte significativa de la sociedad vasca, sobre la que sus autores no están dispuestos a consentir discusión alguna'. Respecto a esta última parte, la falta de discusión, no hace falta insistir porque cualquiera sabe lo mucho que se ha escrito y hablado en nuestro país acerca del tema. Pero el asunto importante consiste en establecer cuál es el contenido 'político' de Batasuna. Si estriba en la defensa de la independencia de una nación vasca -sujeto político que incluye parte de los Estados español y francés- por vías pacíficas, quienes sostengan tal postura política no carecen de representación alternativa más o menos radical, desde el PNV o EA hasta Aralar. De hecho, hoy existe en Euskadi mayor variedad de oferta política de signo independentista que defensora del mantenimiento de los Estados constitucionalmente vigentes. Pero si la 'idea' que defiende Batasuna es apoyar, legitimar, financiar o encubrir el terrorismo, eso no tiene sitio en el juego democrático, sean cuantos fueren los que simpaticen con ella. En tal caso -y está probado que así es-, se trata de un falso partido político, semejante a los que con la coartada de 'defender la legalidad' asesinan o intimidan a los disidentes que critican los abusos del poder en países como Guatemala, situación que Rigoberta Menchú conoce bien. En democracia, el apoyo al crimen no es materia opinable. Muchos vascos tienen que vivir fuera de su tierra para no ser asesinados, como le ocurre a la señora Menchú: y no son más culpables de 'dividir' a su país de lo que ella lo es de dividir al suyo.

Segunda falsedad: los males del País Vasco vienen del enfrentamiento de dos nacionalismos contrapuestos. No es cierta tal simetría, porque los supuestos nacionalistas españoles no piden la derogación de la Constitución que ampara el pluralismo, ni consideran el euskera o la ikurriña como invasores que deben ser erradicados. No comparto el entusiasmo laudatorio por las banderas de tamaño 'X-large', por constitucionalmente respetables que sean, pero me resulta mucho más agobiante la manipulación excluyente de la bandera autonómica por parte de quienes amenazan diariamente las libertades públicas. Y a quienes se escandalicen por la alusión de Fraga al uso de la fuerza militar como garante de la unidad de España debo recordarles que desde hace más de un cuarto de siglo padecemos una violencia militar en Euskadi que pretende garantizar su 'liberación nacional': y no se trata de una hipótesis retórica, sino de una realidad cotidiana. Sin duda no puede excluirse que antes o después el nacionalismo vasco radical propicie un nacionalismo español simétrico, pero opuesto. Por eso mismo nos oponemos al primero, que es el que hay: para no darle ocasión de que acabe creando escuela.

Tercera falsedad: la involución autonómica del Gobierno de Aznar provoca la ruptura del pacto constitucional por parte del Gobierno de Ibarretxe. Pero ¿dónde está tal 'involución'? Para el nacionalismo insaciable, es involucionista toda resistencia al crecimiento abusivo y disgregador de su hegemonía. Según ellos, cualquier refuerzo institucional de la existencia de funciones que competan al Estado es poco menos que fascismo. Es 'involucionista' no cumplir de inmediato las transferencias autonómicas al modo en que las ven los nacionalistas, pero también pedirles cuentas de lo que han hecho con las que ya disfrutan desde hace tantos años. La verdadera 'involución' antiestatutaria y anticonstitucional es el Pacto de Lizarra, la nueva propuesta de Ibarretxe y el amparo cultural y social a los violentos, cuyas fechorías se dice una y otra vez deplorar. Por mucho que se magnifiquen ciertas indudables torpezas gubernamentales no puede obviarse esta feroz realidad.

Cuarta falsedad: ETA no debe dictar la agenda política de la democracia. Lo falso aquí es que esta aseveración la hacen precisamente quienes proponen una agenda que complazca a ETA al menos en parte, con la esperanza de que esa concesión le haga mitigar su violencia. ¿O es que acaso el último plan de Ibarretxe no ampara su verosimilitud en la existencia de un terrorismo, cuya amenaza inclina a los desesperados en peligro a aceptar cualquier absurdo con tal de ganar cuotas de seguridad? Hoy la autodeterminación no es un proyecto político entre otros, sino una urgencia que se impone incluso a quienes se sienten menos motivados por su demanda frentista, para intentar poner fin a la guerra civil larvada que ETA lleva a cabo contra quienes se le oponen. Si queremos de verdad impedir que ETA marque nuestra agenda, lo primero que debe hacerse es no dar acogida social y verosimilitud institucional a lo que ETA pretende imponer por la fuerza.

Quinta falsedad: Los partidos que se oponen a la propuesta de Ibarretxe no tienen un plan alternativo para el País Vasco. La más falsa de todas y, por tanto, la más repetida. Lo que los constitucionalistas proponen es un frente común contra el terrorismo, sus legitimaciones y sus objetivos impuestos. Un aplazamiento de cualquier objetivo político que altere la norma constitucional hasta que se haya erradicado la violencia y todas las propuestas políticas hayan recuperado su viabilidad pacífica. Una puesta entre paréntesis de los partidismos hasta que la sociedad haya reconstruido su normalidad democrática y puedan escucharse sus verdaderas demandas con ecuanimidad y sin coacciones. Un discurso institucional que no deje lugar a dudas a los violentos sobre el fracaso de unos fines contaminados irrevocablemente por los medios utilizados para propugnarlos. No considerar esta 'alternativa' como tal es ponerse a sabiendas o sin saberlo del lado de los mafiosos asesinos: resume bien esta postura el dictamen del obispo Setién cuando dijo que 'ETA no puede irse con las manos vacías'.

Y por último, después de las falsedades, una posible verdad. La dijo el lehendakari en su discurso del Aberri Eguna, cuando aseguró que su propuesta no responde a atavismos, sino al futuro de la sociedad europea. Y la ha reforzado Otegi, al insistir en que el problema vasco es un problema de Europa. Puede ser terriblemente cierto. Quizá lo que tengamos delante no sea el progreso, sino el empeoramiento del pasado. Si una sociedad de ciudadanos se ve sustituida por la fuerza por una comunidad étnica en la UE, quizá mañana salgan otras propuestas del mismo signo que despedacen otras democracias vigentes, sean en Córcega, en la Padania o Dios sabe dónde. Sería el final de la Europa cosmopolita, plural e ilustrada que se pretende conseguir. En efecto, es posible que lo que hoy se está dilucidando en el País Vasco no es el futuro de la unidad de España sino el de la unión europea. Puede que de nuevo España sirva de escenario al ensayo general de una tragedia que asolará mañana a todo el continente.

Fernando Savater, 2002-10-14

Respuesta a Fernando Savater

Nada más que falsedades y una sola verdad

Julián Rovira Rebelión

Leyes Fundamentales del Régimen de Franco 1938-67: Ley de Principios del Movimiento Nacional (17-5-1958): Art.9: Para ejercer la Jefatura del Estado como Rey o Regente se requerirá ser varón y español, haber cumplido la edad de treinta años, profesar la religión católica, poseer las cualidades necesarias para el desempeño de su alta misión y jurar las Leyes fundamentales, así como lealtad a los Principios que informan el Movimiento Nacional.

Constitución española de 1978: Art.61.1. El Rey, al ser proclamado ante las Cortes Generales, prestará juramento de desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes (...).

Seguramente es tarea inútil el tratar de responder a las cuidadas y reiteradas argumentaciones del rey de los filósofos españoles cuando se trata de materia tan controvertida como el conflicto político del País Vasco. Pero ya sabemos que este asunto de la argumentación y la contra- argumentación es inútil y que la filosofía no sirve para nada, sobretodo cuando los dialogantes no están dispuestos a dialogar y sólo se cruzan monólogos opuestos, entre sordos que siempre repiten las mismas cosas sin escucharse. No responderé a Savater con cinco verdades y una falsedad, pues también estoy tan cansado, como él, de repetir todos los argumentos, por lo que mostraré que, finalmente, todo son falsedades y hay una sola verdad.

Savater quiere hacernos creer que los españoles se pasan la vida oyendo, en tertulias radiofónicas, telediarios y periódicos, las presuntas falsedades a las que contesta, pero no estamos sometidos al bombardeo mediático de un todopoderoso Egin que no dejase oír otra voz que la suya, como si los medios de comunicación estuviesen en manos de los nacionalistas radicales, sino que el flujo y poder de la información va más bien en otro sentido y hacia otra dirección, del que sus artículos en El País son buena muestra. Por eso es por lo que las falsedades a las que contesta son falsas falsedades, porque parten de la aceptación de premisas discutibles y no contestan a lo que se debería contestar, eludiendo, como de costumbre, el conflicto político.

Fernando Savater no ve ningún nacionalismo español porque según indica a) la Constitución ampara el pluralismo y b) no se consideran los nacionalistas vascos como invasores que deban ser erradicados: "falsedad: los males del País Vasco vienen del enfrentamiento de dos nacionalismos contrapuestos. No es cierta tal simetría, porque los supuestos nacionalistas españoles no piden la derogación de la Constitución que ampara el pluralismo, ni consideran el euskera o la ikurriña como invasores que deben ser erradicados" (Fernando Savater Cinco falsedades y una verdad. El País 14 de octubre de 2002, negrita mía). En primer lugar, pretender que la Constitución del 78, ese pacto de urgencia que se hizo contentando a nacionalcatólicos, monárquicos y (ex)franquistas para que legitimasen los tibios cambios llamados transición, ampara el pluralismo, es mucha pretensión. Más que un texto en el que el garante de la Ley Magna en lugar del Pueblo, que detenta la soberanía (art.1.2) es el Ejército (art.8.1: el ministro de defensa y supernumerario del Opus, Trillo, anda diciendo que "hoy los tanques son símbolo de democracia") y en el que el Rey (símbolo del Estado: art.56.1), que juró ante su Dios tanto ser fiel al Movimiento franquista (al ser nombrado por Franco su sucesor en 1969) como también, luego, juró ser fiel a la Constitución en 1978, no está sujeto a responsabilidad (art.56.3), parece una revelación divina en boca de Savater. ¿No fueron también las Autonomías una chapuza de urgencia para mal-contentar a todos tras la muerte del Caudillo??. Y, en segundo lugar, como veremos con más detalle en lo que sigue, pretender que no se busca la eliminación del nacionalismo regional por parte de un nacionalismo general, también es mucho pretender, ya que si todo el problema del nacionalismo no es más que un problema de terrorismo y el problema del terrorismo, se arregla, "erradicando" el problema; entonces, en buena lógica, hemos de concluir, que, a la postre, se estará identificando la eliminación del terrorismo, con la eliminación del nacionalismo, identificación que sucede cuando no se distingue entre un conflicto político y un grupo criminal, sino que se supone que todo el nacionalismo vasco es "entorno" de ETA.

El Plan del Pacto Antiterrorista frente a la propuesta de la libre adhesión es la "erradicación" (palabra que aparece también ya, profusamente, en el Pacto de Ajuria Enea), barrer las calles, como cualquiera que se hubiese leído el pacto podrá constatar: "falsedad: Los partidos que se oponen a la propuesta de Ibarretxe no tienen un plan alternativo para el País Vasco. La más falsa de todas y, por tanto, la más repetida. Lo que los constitucionalistas proponen es un frente común contra el terrorismo, sus legitimaciones y sus objetivos impuestos. Un aplazamiento de cualquier objetivo político que altere la norma constitucional hasta que se haya erradicado la violencia y todas las propuestas políticas hayan recuperado su viabilidad pacífica" (Savater Cinco falsedades, negrita mía). Nos dice Savater que es falso que no haya cauce político para reivindicar la independencia porque están EA, el PNV o Aralar, pero se nos indica que nos encontramos en un Estado de excepción momentáneo, puesto que no se permitirá ningún objetivo político que cuestione la Constitución hasta que se haya acabado con la violencia (erradicado). Luego resulta que de hecho no hay cauce político para la autodeterminación, lo que pasa es que Savater dice que la culpa es de ETA y que cuando ésta desaparezca los vascos podrán tener un referéndum y determinar su destino. Se vende así la piel del oso antes de cazarlo. Precisamente urge abrir la vía política para que termine la violencia y no al revés, no se puede condicionar la apertura de la vía política al cese de la violencia, pues el cierre de la vía política lo que hace es legitimar la acción violenta en lugar de deslegitimarla. Cualquier vistazo a los caminos de resolución de cualquier conflicto político del planeta nos mostrará lo errado de esa petición de principio de no dialogar mientras hay violencia. Pero resulta que era el Pacto de Lizarra el que abogaba por el reconocimiento de la naturaleza política del conflicto y por emular el ejemplo de pacificación británico-irlandés, mientras que el Pacto Antiterrorista sólo habla de "erradicación" y no reconoce que haya un conflicto político, ni siquiera la existencia del nacionalismo, que queda suspendido momentáneamente, sino tan sólo un problema de criminalidad, sin admitir que puedan realizarse comparaciones con ningún otro conflicto del planeta.

Era Fernando Savater, quien ahora defiende a riesgo de su vida una Constitución que, como muchas otras de las europeas, habría que reformar (1), quien, en 1978 denominaba a tan célebre Ley Magna, recién nacida, como "galvanizado aborto" (Fernando Savater Revista El Viejo Topo, número de noviembre de 1978, artículo titulado: "Rosseau (sic) y la Constitución", pág.25).

Pero ahora ya no la califica de ese modo, sino que precisamente cuando se empieza a quedar anticuada es cuando considera "el pacto constitucional" de hace 25 años como un dogma indiscutible e inalterable.

Tiene derecho a haber cambiado de opinión, pero debería comprender las otras y comprenderse a sí mismo cuando, de joven, la llamó galvanizado aborto, y recordar por qué la llamó así. Ahora nos dice que es una falsedad que "la involución autonómica del Gobierno de Aznar provoca la ruptura del pacto constitucional por parte del Gobierno de Ibarretxe" y que "La verdadera 'involución' antiestatutaria y anticonstitucional es el Pacto de Lizarra" (Savater Cinco falsedades, negrita mía). Pero por más que se lea uno las dos páginas del pacto de Lizarra no podrá encontrar nada anticonstitucional. Y además, la propuesta del Lendakari Ibarretxe (elegido en las urnas, no se olvide) no es nada nuevo ni extraño, ya en el año 2001 se proponía lo mismo desde IUEB sin que generase tanto escándalo en los bienpensantes: "Izquierda Unida / Ezker Batua (IU / EB) concurre a las elecciones autonómicas vascas del 13 de mayo con un programa que propone una reforma de la Constitución para crear un Estado Federal 'de libre adhesión' y el reconocimiento del derecho de autodeterminación a través de un referéndum" (Fuente de la noticia: El País, viernes 13 de abril de 2001). Las elecciones a Lendakari no las ganó Mayor Oreja, que es quien hablaba de "erradicación" y de cuyo jefe proviene la idea de "barrer las calles" de criminales de toda índole. Gentes para las que no hay problemas políticos sino sólo problemas criminales que resolver. A diferencia del Pacto Antiterrorista que criminalizaba todo el nacionalismo en el Pacto de Lizarra se propuso una mesa de diálogo para solucionar un conflicto político. Elkarri está dispuesta a poner la mesa de diálogo, pero Savater y el gobierno no quieren sentarse a dialogar.

Al final aquí todo son falsedades y sólo hay una única verdad. España no está dispuesta hoy por hoy a arriesgarse a abrir la posibilidad de secesión pacífica, mediante un camino político, de ninguno de sus territorios. El juego democrático entraña riesgos, pero no se han querido aún asumir.

Notas: (1) Véase mi artículo: LAS CONSTITUCIONES EUROPEAS, BALTASAR GARZÓN Y LA CRIMINALIZACIÓN DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN ESPAÑA: http://www.rebelion.org/spain/jrovira100602.htm

El País: Al comienzo de su obra más célebre, Hegel propone al lector uno de esos experimentos sencillos que suelen encantar a los grandes filósofos y que son a la vez obvios y profundos. Recomienda Hegel considerar una verdad palmaria, incontrovertible: por ejemplo, que ahora es de día. Pues bien, dice, anotemos en un cuaderno esa certeza -"ahora es de día"- y partamos a nuestras obligaciones acostumbradas. Más adelante, al volver a mirar la línea que hemos escrito, nos aguarda una sorpresa: la verdad indudable se ha convertido en no menos indudable falsedad, porque ahora es de noche. ¿Qué ha pasado? Pues el tiempo: sólo el tiempo se ha encargado de desengañarnos.

Me acordé de esta lección hegeliana, tan sabida y tan olvidada, al leer un reciente artículo de mi amigo Javier Tusell (Péndulos despendolados, EL PAÍS, 19 de agosto) en el que suscribía los intentos del PSOE por reforzar y reformar el mapa autonómico de España, así como me reprochaba cordialmente condenar a los socialistas que pretenden dejar una "pista de aterrizaje" abierta al PNV, para cuando a los burukides se les pasen las ganas de volar a ciegas. En tal actitud mía, como en la semejante de Jaime Mayor Oreja, veía un cierto pendulear despendolado paralelo al péndulo patriótico de los nacionalistas desde el autonomismo al independentismo. No digo que, al menos en mi caso, no se haya dado tal oscilación: como he contado en la autobiografía que Tusell menciona con amable encomio, hace veinte años apoyé sin rodeos la colaboración del PSE con el PNV en el Gobierno de la comunidad, acepté una invitación de la Fundación Sabino Arana, colaboré en Egin y defendí la legalización de Batasuna como partido político, entre otras cosas. ¿Qué ha pasado de entonces hasta ahora? Pues eso, veinte años. Por no hablar de los cientos de muertos y de abundantes desplantes o connivencias sospechosas que contribuyeron a convencerme de que los nacionalistas vascos tenían más fe que buena fe. Nada tiene de malo, por ser muy humano, equivocarse de vez en cuando: lo malo es insistir. No creo que pueda calificarse de "pendular" la conducta del médico que primero recomienda bicarbonato al paciente que se queja de dolores de estómago y luego, al ver que empeora y convencido de que padece un cáncer, decide operarle...

F. Savater, 2003-09-02

El Correo: En este País Vasco de nuestros pecados tienen muy buena prensa las generalidades rimbombantes sobre el ámbito de decisión vasco o el diálogo y en cambio se cortocircuita de inmediato cualquier propuesta política concreta que exija un poco de imaginación a los partidos. Se deplora la lucha armada -o por lo menos la mayoría la deplora-, pero no se practica en serio la lucha política, que es lo que debe sustituirla. Al contrario, no se oyen más que lamentos por la falta de acuerdo entre los partidos políticos, como si los partidos se hubieran inventado para que todo el mundo estuviese de acuerdo y no para articular de modo civilizado las diferencias de criterio en una sociedad pluralista. En cuanto alguien se atreve a criticar una forma política de pensar -con datos, con argumentos, con citas nefastas de sus líderes- es acusado de satanizar a tales adversarios y de formar parte de una conspiración mediática contra ellos, pues por lo visto sólo es verdaderamente democrático darle la razón a quien creemos que no la tiene como si estuviese loco.

Si se pide al vecino que aclare pormenorizadamente cuál es su propuesta política, para ver si nos gusta o no, se revuelve diciendo que no le apetece hacer strip-tease. Si a quien dice que la solución de la violencia debe ser dialogada se le pregunta sobre qué hay que dialogar y con quién, a fin de que tal diálogo no sea el rescate pagado a los violentos por dejar de amenazarnos (lo que convertiría en perpetua la amenaza que transitoriamente hoy padecemos), se nos tachará de inmovilistas y de formar parte del frente de la firmeza, asociación de malhechores cuyo presidente honorario parece ser Ricardo Sáez de Inestrillas. Si a los que dicen que hay que hacer algo a toda costa porque así no podemos seguir se les pide que concreten en que consiste ese algo, recordándoles que fue esa misma urgencia la que dio origen infausto a los GAL, se nos llamará fetichistas de la constitución. Ahora hay bastantes que predican la necesidad de introducir racionalidad en nuestro sempiterno conflicto, pero cuando se les solicitan algunas razones orientativas de tal racionalidad -no muchas, una o dos bastarían- se muestran tan edificantes y etéreos como el Papa criticando el hedonismo de la sociedad moderna en Ruanda. Y, claro, así vamos.

Uno de los temas sobre los que se hace permanentemente más retórica es el de la autodeterminación. Según algunos se trata de un derecho importantísimo cuyo reconocimiento urge para liberar al pueblo vasco. Otros piensan que nadie puede dar o quitar tal derecho, que es natural para todo pueblo (aunque vaya usted a saber quién decide lo que es un pueblo) y que lo importante es tener la facultad política de ejercerlo. Arzalluz cambiaría nuestro amplio Estatuto de autonomía con tal de poseer el derecho de autodeterminación que se les ha concedido a los habitantes del Ulster y que les permite optar por seguir en el Estado inglés o por integrarse en el Estado irlandés... aunque no por formar un nuevo Estado independiente. Según Arzalluz, es estupendo que las comunidades estén dentro del Estado con la gabardina puesta y el sombrero a mano, por si de pronto quieren levantarse e irse. O mejor, amenazando constantemente con marcharse, porque si se van de una vez ya no sé de qué van a vivir políticamente los nacionalistas a no ser que la marcha sea reversible y haya vaivén. En fin, a lo mejor tiene razón.

Otros pensamos que los ciudadanos vascos disfrutamos ya de autodeterminación como el resto de los españoles (frente a franceses, suecos o estadounidenses) dentro de lo que hoy tal categoría soberana resulta compatible con la globalización económica y la mundialización de las comunicaciones. Y sospechamos que la perpetua reivindicación de autodeterminación no es tan importante como otros problemas evidentes que sufrimos: la violencia terrorista, la quiebra de la convivencia, el paro, las deficiencias educativas... Pero puede que nos equivoquemos.

En cualquier caso, sería bueno concretar un poco todo este asunto tan gaseoso. De modo que no me parece un mal primer paso exponerle a la gente las opciones posibles y ver qué piensan los ciudadanos concretos en nombre de cuya libertad de decisión tantos hablan y algunos matan. El pasado mes de abril, Democracia Foral de Alava (grupo escindido de Unidad Alavesa) presentó en el Parlamento vasco una proposición de ley con objeto de que el Gobierno autonómico realice una consulta popular el mismo día que las elecciones del próximo octubre con la siguiente pregunta: ¿Desearía usted ser consultado en referéndum sobre la independencia de Euskadi? A tal cuestión podrían responder que no quienes no se interesen políticamente por ese tema y afirmativamente tanto los que desean la independencia como quienes estamos deseando saber en qué consistiría tal independencia y cuántos independentistas efectivos hay.

Si dicho referéndum fuese solicitado mayoritariamente, prepararlo será una excelente ocasión para que cada partido precise sin ambigüedades su postura ante el tema de fondo de la autodeterminación. Si se rechaza la consulta, puede ser una buena ocasión también para cambiar de tema. En fin, que quizá nos aclaráramos un poco. Pero por lo visto ni nacionalistas ni no nacionalistas están interesados por esa iniciativa política, cuya posibilidad de prosperar parlamentariamiente parece ser nula. Me gustaría saber por qué. Aunque quizá también ese rechazo sea altamente significativo...

F. Savater, 1998-06-14

Debates del Parlamento Europeo: Señoras y señores parlamentarios: ante todo, la iniciativa ciudadana ¡Basta Ya! desea expresar su gratitud a este Parlamento por el honroso reconocimiento que hoy nos confieren. Es una distinción tanto más notable por cuanto no somos una prestigiosa ONG ni un movimiento institucional veterano sino sencillamente un grupo de ciudadanos de distintas procedencias, sin jerarquías burocráticas ni apenas aparato organizativo, que empezamos a marchar juntos hace poco menos de un año. Entre nosotros hay profesores y obreros, cargos públicos y simples particulares, religiosos y laicos, sindicalistas, empresarios, militantes pacifistas, artistas, trabajadores de los medios de comunicación, gente cuyo nombre es muy conocido y muchas personas nada célebres: les confieso que formamos un conjunto un poco anárquico. No tenemos ningún afán de protagonismo histórico, ni siquiera de perduración a toda costa: ¡ojalá que nuestra iniciativa dejase mañana mismo de ser necesaria y pudiera volver cada uno de nosotros en paz a su vida cotidiana!

Sabemos que personalmente no somos importantes, pero creemos que es importante lo que nos une y moviliza: el rechazo del terrorismo criminal de ETA y el apoyo explícito al Estado de derecho español, hoy amenazado por un proyecto totalitario de secesión violenta. Hemos salido a la calle y hemos alzado nuestras voces porque estamos convencidos de que, cuando la democracia está en peligro, los ciudadanos no pueden refugiarse en su anonimato y esperar mansamente a que todo se resuelva en las altas esferas del poder político. No queremos sustituir a las instituciones legítimamente establecidas sino urgirlas a que protejan nuestros derechos y nuestras libertades sin concesiones al terror. Nos hemos movilizado, señoras y señores parlamentarios, por solidaridad con las víctimas del fanatismo ideológico asesino y también en defensa propia contra él.

Y es que vivimos una situación tristemente insólita en la Europa democrática. El País Vasco no es un territorio exótico, agobiado por las injusticias y desigualdades como tantos lugares del llamado Tercer Mundo, sino una de las regiones más desarrolladas y con más equilibrada calidad de vida de la comunidad europea. Dentro del Estado español la comunidad vasca disfruta de una amplísima autonomía, con Gobierno y Parlamento propios, pleno control de su fiscalidad, competencias educativas bilingües, dos cadenas propias de televisión (una de ellas en euskera), etcétera... Sin duda los vascos padecieron importantes violaciones de su libertad política y cultural durante la dictadura de Franco, como el resto de los ciudadanos españoles. Pero a partir de la instauración de la democracia se hizo un extraordinario esfuerzo de reconciliación en todo el país, comenzando por una amnistía general para los delitos de motivación política cometidos durante el periodo franquista que permitió hace más de veinte años reintegrarse en la legalidad a todos los miembros de ETA que lo desearan, incluso aunque tuvieran responsabilidad en hechos sangrientos. Sin embargo la actividad de ETA no ha cesado desde entonces y ya contamos más de setecientas víctimas mortales durante la etapa democrática.

Hoy en el País Vasco no hay seguridad ni libertad de expresión o asociación política para gran parte de los ciudadanos. Los cargos electos no nacionalistas son asesinados, así como empresarios, periodistas, miembros de las fuerzas de orden público o simples particulares que se hayan manifestado de cualquier modo contra el proyecto de imposición independentista. Y no sólo se trata de asesinatos: se han quemado numerosos establecimientos, viviendas y vehículos, se extorsiona cotidianamente a los comerciantes y profesionales, se hostiga y amenaza de mil maneras a quienes son considerados "españolistas", es decir, a quienes se atreven a manifestarse públicamente a favor del Estado de derecho constitucionalmente vigente. Mucha gente se ve obligada a marcharse para evitar males mayores o porque no soporta la presión del ambiente de intimidación. Otros muchos deben resignarse a vivir acompañados de escoltas policiales y no pueden pasear libremente con sus hijos por la calle o asistir sin todo tipo de precauciones a los locales públicos. En el País Vasco, en plena Europa democrática, tenemos actualmente docenas de Salman Rushdies. Reina el miedo, un miedo palpable en la vida cotidiana que hace hablar en voz baja o disimular lo que se piensa, como en los peores momentos de la dictadura franquista.

Nosotros, los miembros de la iniciativa ¡Basta Ya!, sabemos que ETA es sin duda la principal culpable de estos males pero también estamos convencidos de que ETA no es un fenómeno aislado y que su perpetuación se debe a un clima político del cual son en parte responsables las autoridades nacionalistas que gobiernan el país desde hace más de veinte años. Los etarras no son extraterrestres llegados de otro planeta para hacer el mal sino jóvenes educados en el fanatismo étnico, en el odio a más de la mitad de sus conciudadanos y a todo lo considerado "español", jóvenes a quienes se ha imbuido una historia distorsionada y una antropología demencial que les hacen creerse víctimas y les convierten así en verdugos. Naturalmente aceptamos que los nacionalistas vascos puedan proponer por vías pacíficas la creación de un nuevo Estado independiente que nunca antes existió, pero rechazamos que ese proyecto político de un determinado partido se presente como el derecho inalienable de todo un pueblo, convirtiéndose así de modo indirecto en justificación de los violentos.

Tampoco parece prudente la permanente búsqueda en el pasado histórico y aún prehistórico de agravios que justifiquen la ruptura de las comunidades democráticas actuales o pretendan demostrar la incompatibilidad de quienes de hecho ya viven juntos desde hace siglos. Como demuestra tristemente la experiencia de otros lugares de Europa, por tal camino siempre se encuentran finalmente justificaciones para el enfrentamiento bélico. Es algo contra lo que ya prevenía hace siglos uno de los primeros pensadores de la Europa unida, Erasmo de Rotterdam, cuando comentaba en sus adagios: "Si un título cualquiera se considera causa idónea para emprender la guerra, a nadie -en medio de tantas vicisitudes de los asuntos humanos, de tantos cambios- le podrá faltar un título. ¿Qué pueblo no ha sido alguna vez expulsado o no ha expulsado a alguien de su territorio? ¿Cuántas veces se ha emigrado de un sitio a otro? ¿Cuántas veces se han desplazado de aquí para allá los imperios por el azar de los tratados? ¡Que los paduanos reclamen hoy el suelo troyano ya que Antenor en otro tiempo fue troyano! ¡Que los romanos reclamen África y España, pues alguna vez fueron romanas! Llamamos dominio hereditario a lo que es administración electiva. No se tiene igual derecho sobre los hombres -libres por naturaleza- que sobre los ganados" (del comentario al adagio La guerra atrae a quienes no la han vivido).

Señoras y señores parlamentarios, como demócratas somos desde luego partidarios del diálogo entre los diversos partidos democráticos porque en tal diálogo permanente consiste la democracia misma. Pero precisamente por vocación de diálogo democrático rechazamos que éste pueda venir forzado por el terrorismo violento, que la agenda política de los ciudadanos la establezcan quienes trastornan los usos de la convivencia pacífica y que las leyes consensuadas parlamentariamente deban cambiarse a gusto de los asesinos como rescate para que dejen de matar. Queremos vivir en paz pero también queremos vivir en libertad; nos negamos a sustituir el Estado de los ciudadanos por el Estado de las etnias. Por eso hemos salido a la calle para defender los principios constitucionales y gritar a los terroristas: ¡Basta ya! Y también por eso, además de agradecer el reconocimiento de este Premio Sajarov, invitamos a los miembros del Parlamento europeo a visitar el País Vasco, no los despachos oficiales sino las calles, los bares, los comercios, las empresas, las pequeñas localidades, las aulas, para que conozcan de primera mano y sin injerencias propagandísticas cómo se vive amenazado, extorsionado, sin derecho a la libre expresión de las ideas. Que comprueben por sí mismos la verdad de lo que denunciamos y después que no lo olviden y que nos ayuden a luchar contra esta lacra que toda la Europa democrática debe sentir como propia.

F. Savater, en la recepción del "Premio Sajarov" del Parlamento Europeo. 2000-12-13

El País: No: rotundamente, no creo que La pelota vasca de Julio Medem tenga como objetivo oculto ni siquiera como efecto involuntario la justificación del terrorismo etarra en el día de hoy. Por el contrario, la obcecación de los que siguen insistiendo en la lucha armada queda puesta en evidencia en el documental. Se han pasado de rosca, son reos del pasado. Los otros males insistentemente denunciados son las torturas y excesos de las fuerzas de seguridad del Estado y la línea política del PP. Coincide así el planteamiento ideológico del director (que lo tiene y bastante obvio: lo de la "mirada limpia" queda para la publicidad) con el pensamiento dominante en el País Vasco gobernado por los nacionalistas con ayuda de IU. Algunas realidades que, desde esta óptica, resultan incómodas para el PNV son evitadas: por ejemplo, la nómina de guardias civiles y policías nacionales asesinados (las torturas son probables, los sacrificios humanos irrefutables), el espectacular ascenso en votos del PP en Euskadi (en los últimos veinte años, de fuerza casi marginal a segunda del país), el punto de inflexión que representó el asesinato de Miguel Ángel Blanco en cuanto a reacción popular, las manifestaciones multitudinarias organizadas por ¡Basta Ya! a favor del Estatuto y la Constitución o contra el nacionalismo obligatorio, etcétera. En el documental aparece como única ilustración sobre la enseñanza en el País Vasco una escena franquista de maestro castigando a los niños que hablan en euskera pero ningún testimonio de otros atropellos educativos más cercanos del "florido pensil" euskaldún actual. Tampoco se recaba la opinión ni se levanta acta de los múltiples exilados por razones de fuerza mayor en los últimos años. Y no deja de ser curioso que, salvo Mariano Ferrer, los periodistas que aparecen en pantalla viven todos fuera del País Vasco (el testimonio de Arantxa Urretavizcaya, entrevistada para la filmación, no fue conservado en el montaje final).

En cualquier caso, se trata de una opción del director y que como tal debe ser tomada. A uno pueden gustarle poco las abundantes ilustraciones rurales y etnicistas, que reeditan la línea de la clásica Ama Lur y más atrás la estética de las demostraciones sindicales franquistas del Primero de Mayo (la mayoría de nuestros nacionalismos parecen ser la "rebelión en la granja" de aquellos coros y danzas), pero no se le puede negar a Medem su derecho a tal enfoque y su habilidad para llevarlo plásticamente a buen término. En cuanto a las entrevistas propiamente dichas, hay alguna revelación sublime como la de Arnaldo Otegi, según el cual la vida se hará insoportablemente aburrida el día que los niños de Beasain coman hamburguesas, hablen inglés y estén conectados a Internet en lugar de contemplar las montañas. ¡Vaya por Dios! Creíamos que luchaban contra España por su opresión imperialista y ahora resulta que la toman por la culpable de la modernidad. Hace poco me contaba Amando de Miguel que uno de los gritos de los primeros carlistas era "¡Abajo las patatas!". Por lo visto consideraban a este tubérculo ultramarino una amenaza foránea para la dieta autóctona y racial. Hemos pasado de las patatas a Internet, pero el espíritu abierto e ilustrado del etnicismo vasco sigue siendo el mismo...

Y ello nos lleva al viejo problema del "diálogo", que tanto continúa preocupando a Medem y a muchos de sus entrevistados. Que el diálogo es cosa muy buena resulta ya algo comúnmente aceptado, en lo que se basan por ejemplo los parlamentos democráticos. Y en el País Vasco se ha practicado mucho desde la época de la transición a todos los niveles, hasta que se empezó a asesinar o amenazar de muerte a los dialogantes que no daban la razón a los nacionalistas. Eso enfrió un tanto los entusiasmos de primera hora, hay que reconocerlo. De tales ex dialogantes se ocupó, por ejemplo, José Antonio Zorrilla en su documental Los justos, que entrevista a numerosos amenazados, víctimas del terrorismo, empresarios, periodistas, exilados, profesores que ya no profesan, etcétera. Alguno de sus entrevistados, como Joseba Pagaza, hablaron por última vez ante su cámara antes de ser asesinados. La ETB y las demás televisiones nacionales (a excepción de Vía Digital, que pasó el documental en su canal de pago a una hora algo remota) mostraron nulo interés por este documento, mucho menos desde luego que por el de Medem. Tampoco alcanzó mayor notoriedad Sin libertad, de Iñaki Arteta, cortometraje premiado en Nueva York y en Hollywood pero que sólo aportó a su realizador pasar de trabajar en la Diputación de Vizcaya a cobrar el paro. Y ni siquiera ha tenido la suerte de que se solidarizasen con él los habituales "abajo firmantes" que tanto se preocupan por el indoloro linchamiento de Julio Medem.

De modo que el diálogo en Euskadi es cosa difícil y no sólo por culpa del intratable Aznar. Realmente, La pelota vasca constituye un alegato más bien en contra del diálogo que a favor, por lo inútil que evidentemente resulta yuxtaponer opiniones contradictorias mientras se mantiene como telón de fondo una realidad que por lo visto es inmune a cualquier transformación política o social. Porque las opiniones sencillamente no bastan. Por ejemplo, cuando salen a escena en el documental cuatro o cinco historiadores hablando de si hubo alguna vez tal cosa como un Estado vasco, para uno nunca existió, el siguiente cree que duró treinta años, otro dice que cuatro siglos y así. Si sobre cuestiones de hecho y del pasado reina esta concordancia, imaginemos lo que sucederá cuando se intenta interpretar políticamente la situación presente... Las palabras mismas no parecen significar lo mismo para todos: Sádaba considera "ultranacionalismo" que en la Constitución Española se parta de la unidad de España, como si hubiera constituciones que preconizasen la disgregación de lo que van a constituir. Y, ya fuera del documental, el lehendakari Ibarretxe asegura que no es un "trágala" ese plan que propone y está dispuesto a sacar adelante digan lo que digan las Cortes, los tribunales, la Constitución y quien se le oponga.

Los que se hacen los mártires por la que les cae encima cuando hablan de "diálogo" deberían aclarar si es también diálogo llevar la contraria al nacionalismo y no sólo darles la razón: porque hasta el momento en Euskadi sólo es "dialogante" quien acepta el esquema básico peneuvista y proclama que hasta de los abusos del Gobierno autonómico tiene la culpa el autoritarismo centralista. "Dialogar" no creo que sea repetir por enésima vez lo del choque de trenes entre el nacionalismo vasco y lo que Sádaba considera "ultranacionalismo" constitucional: pero si ésa es la disposición dialogante, entonces tienen razón quienes aseguran que algunos no queremos dialogar.Ahora, según nos anuncia Arzalluz metido a comadrona, se nos viene encima una criatura, engendrada por los dogmas sabinianos y la violencia etarra. Una criatura que lleva mucho tiempo gestándose (aunque los que avisamos del embarazo fuimos acusados en su día de crispar) y que se nutre de la invulnerabilidad y prepotencia con que se han movido siempre los nacionalistas: en el fondo, el plan Ibarretxe no pretende más que convertir en derecho lo que de hecho se lleva practicando ya más o menos en el País Vasco desde hace mucho, ante la indiferencia, la ceguera o la complicidad de quienes podrían haberlo evitado a tiempo. Ahora ya se habla de "frente nacionalista" con toda tranquilidad, mientras que aun ayer los "frentistas" éramos quienes pretendíamos que al menos hubiese acuerdo entre los no nacionalistas para defender la Constitución y las instituciones estatales, no sólo para condenar la violencia.

En fin, de nada vale llorar sobre el pasado y la leche que empezó a derramarse hace tanto, en los tiempos complacientes que hoy algunos echan de menos, cuando los nacionalistas se limitaban a hacer lo que les daba la gana pero sin pretender convertir todavía su real gana en ley explícita para todos. La pregunta es ¿qué vamos a hacer ahora ante la criatura? Porque no sabemos si será niño o niña, ni si querrá más a su aita o a su ama, pero lo único seguro es que sus primeras palabras volverán a ser las de siempre: "¡Abajo las patatas!".

F. Savater, 2003-10-04

Patriotismo

El País: El nacionalismo español nunca parece haber sido fuerte. No lo fue a lo largo del siglo XIX por la debilidad del Estado liberal, aunque debemos recordar que, incluso en Francia, el más fuerte y centralizado de los Estados europeos, y a finales de ese mismo siglo, los campesinos aún se sentían bretones o saboyanos más que franceses. De hecho, fueron las dos grandes guerras mundiales las que azuzarían el nacionalismo en Francia o Inglaterra. España, por supuesto, no participó en ellas pero sí en varias guerras civiles durante el XIX más la espantosa matanza del 36-39, ciertamente no el mejor ambiente para el florecimiento del patriotismo, de modo que la cultura española se ha regodeado más en la excepcionalidad de nuestra decadencia que en la de nuestra eventual grandeza. Y por si fuera poco, y de modo similar a lo que ocurrió en Alemania e Italia, el franquismo abusó de los escasos símbolos de unidad dejándolos casi inservibles. El resultado, que puede sorprender a muchos, es que los españoles somos uno de los pueblos menos nacionalistas.

No es una opinión a la ligera y me baso para ello en el Informe Mundial sobre la Cultura editado por la Unesco (en inglés en 2000), y concretamente en el capítulo 14, escrito por Jos W. Becker con datos de una encuesta internacional realizada en 24 países de todo el mundo. Para comenzar, los españoles somos muy localistas y, comparados con otros países, nos identificamos bastante más con la provincia y la ciudad de residencia y mucho menos con el propio país. Además, el orgullo de ser español sigue siendo muy bajo. De los 24 países estudiados, y junto con los Países Bajos, somos los que estamos menos de acuerdo con la frase quiero ser ciudadano de mi país. La media es del 47% pero en España baja a nada menos que el 25%. Para comparar, en un país fuertemente nacionalista como es Japón, sube al 72%. Otro tanto ocurre con la idea de que mi país es el mejor; la media es del 18%, pero en España es del 6% y en Japón del 52%. Son datos reveladores de muy escaso orgullo nacional.

Sin duda por ello exigimos bastante poco de quien desee ser ciudadano español. Respecto a los criterios necesarios para ser un verdadero ciudadano somos los menos exigentes en el requisito de hablar una lengua, sin duda el indicador más fuerte de nacionalismo identitario; sólo un 32% de los españoles lo exige cuando la media es del 59%. Pero incluso en el requisito de haber nacido en el país o en el de ser residente por largo tiempo estamos en los últimos lugares.

Así, y para terminar, no es de extrañar que cuando el informe de la Unesco elabora un ranking de los 24 países por su nivel de nacionalismo, España ocupa el lugar 23, el penúltimo, seguido por los Países Bajos y precedido por Italia. Hay quien dice que, patriotismo, ni siquiera el constitucional. Pues bien, eso es lo que parecen opinar ya los españoles, mucho antes de que tratemos de convencerles.

De modo que la propuesta del PSOE, aceptada al menos inicialmente por el PP, de hacer del patriotismo constitucional la base de un nuevo nacionalismo español postnacionalista encuentra terreno abonado. No debe sorprender por ello que sean los nacionalismos vasco o catalán quienes se oponen a esta formulación. Ambos siguen anclados en concepciones decimonónicas de la nación basadas en la lengua, ambos tratan de enfervorizar a sus ciudadanos con símbolos y ritos, ambos entienden sus patriotismos de modo sustancial y excluyente y necesitan por ello un enemigo al que poder zaherir con el argumento de que tú sí que eres nacionalista. Nada puede desorientarles más que encontrarse con que los españoles apostamos por una ciudadanía cosmopolita y abierta frente a la cual carecen de argumentos. Por eso, porque comparto ese patriotismo constitucional, me irrita y disgusta tanto como a ellos el menosprecio de que han sido objeto en la composición del Tribunal Constitucional y las impertinentes declaraciones de su presidente, o el más reciente de la Warner al negarles autorización para el doblaje de una película al catalán. Por una vez tiene razón Pujol, aunque sea con argumentos contrarios a los suyos.

E. Lamo de Espinosa, 2001-11-22

El Correo Español-El Pueblo Vasco: En un reciente y espléndido artículo, Antonio Muñoz Molina señalaba que a él le parecía bien que el nacionalismo fuese legítimo, pero se negaba a aceptarlo como obligatorio. Sin embargo precisamente el primer dogma nacionalista es la obligatoriedad del nacionalismo: o bien se es nacionalista de los suyos o bien se es nacionalista de los otros, pero nadie puede escaparse de ser nacionalista, porque por lo visto el nacionalismo es característica esencial del ser humano, como la mortalidad o la risa. De modo que cualquier crítica al nacionalismo no puede brotar más que del nacionalismo opuesto, lo cual la neutraliza. Como también las críticas al nacionalismo son nacionalistas no pueden desmentirlo sino que lo confirman, lo cual llena de júbilo al nacionalista, que suele ser proclive a las alegrías sencillas de la vida.

F. Savater, 1997-06-14

Nosotros, los vascos

Libertad Digital: En su primer discurso como presidente del PNV en el "Día del partido", celebrado en la localidad alavesa de Foronda, Josu Jon Imaz ha hecho un llamamiento a la movilización de las bases de su partido para que en las próximas elecciones autonómicas, previstas para mayo, los nacionalistas logren la mayoría absoluta que permita aprobar el plan Ibarretxe en el Parlamento vasco.

Se constata una vez más, pues, la determinación de los nacionalistas en subvertir lo que es una consulta para que los ciudadanos vascos elijan a sus representantes autonómicos de los próximos cuatro años, y convertirla en coartada para violar el Estado de Derecho y decidir a su antojo el entramado político y constitucional del Pais Vasco y del resto de España. Una especie de pretensión golpista con la excusa de las urnas, pero a la que tampoco se renunciará en ningún caso.

En este sentido, Imaz se ha dirigido al jefe de Gobierno, Rodríguez Zapatero, "ahora que se abre una reforma constitucional", para advertirle, con esa forma característicamente totalitaria del nacionalismo identitario, de que "los vascos sólo aceptaremos participar en un proyecto de Estado en el que podamos participar desde nuestra libre decisión; nunca aceptaremos una Constitución española que no nos reconozca este derecho".

Se olvida Imaz de que los vascos ya votaron mayoritariamente a favor de la Constitución española y que, desde entonces, tienen la misma "libertad de decisión" política que el resto de los españoles. Aunque nunca se debe renunciar a hacer pedagogía frente al contradictorio y falso derecho de autdeterminación, la verdad es que poca novedad hay en el discurso de Imaz: Los "trastornos de identidad" de los nacionalistas serán siempre incurables mientras se apropien en exclusiva de los vascos y mientras hablen siempre de ellos en primera persona del plural.

Lo único que cabe constatar es que el famoso "talante ZP" -que, frente a la "crispación" e "inmovilismo" de Aznar, tanto se nos prometía como pócima para aplacar a los nacionalistas- lo único que logra es hacerlos más insaciables. No era poco el delirio que les inculcó el padre fundador Sabino Arana, como para que ahora vengan a darles cuerda el Zapatero de la fija sonrisa, de la mano de Maragall-Rovira y de la identidad de los pueblos de España...

Editorial, 2004-09-27

Necesidad de pedagogía en España

Necesidad de pedagogía en España

La Revista: El 12 de marzo de 1910, José Ortega y Gasset dicta la célebre conferencia en la Sociedad "El Sitio" de Bilbao, "La pedagogía social como programa político". Así hablaba Ortega: "Si la educación es transformación de una realidad en el sentido de cierta idea mejor que poseemos y la educación no ha de ser sino social, tendremos que la pedagogía es la ciencia de transformar las sociedades. Antes llamamos a esto política: he aquí, pues, que la política se ha hecho para nosotros pedagogía social y el problema español es un problema pedagógico". En su discurso, Ortega aclara que por "social" debe entenderse la combinación de los esfuerzos individuales con el fin de componer una obra común y de mejorar nuestra realidad y "nuestro ser radical", o sea, España. ¿Por qué el problema de España es pedagógico? Porque para su "salvación" es preciso reforzar la cooperación entre los españoles, al tiempo que se les cultiva y regenera alrededor de la conciencia española en el horizonte de la europeización.

Dejemos ahora de lado el controvertible asunto de este dictamen orteguiano que precisamente remata el texto en cuestión ("Verdaderamente se vio claro desde un principio que España era el problema y Europa la solución"), pues ya tendremos tiempo, al menos hasta la fecha de la ratificación de la Constitución europea, para debatir sobre su pertinencia en nuestros días y nuestras circunstancias. Y sigamos. ¿Por qué pedagogía social? Porque España está regida por humores sentimentales y corpúsculos de simpatía o antipatía, y con este bagaje emocional no se sostiene ni mejora una nación: "Y como entre individuos los motivos de divergencia y antipatía son a la larga mayores que los de la concordia y simpatía, he aquí nuestra nación en la actualidad disgregada en átomos: nuestra actividad se reduce a negarse unas personalidades a otras, unos grupos a otros, unas regiones a otras".

No nos equivoquemos. Los nuevos aires queridos insuflados a lo que queda de España con gracia incomparable por la vicepresidenta y las ministras de Educación y de Cultura, siempre con la bendición de Zapatero, no apuntan a un reforzamiento de los programas de estudio y del currículo, que crispan a los alumnos y suenan muy mal, sino a un plan de formación del espíritu audiovisual y a una educación en valores (de izquierda), lúdica y sencilla, que les entra a uno en su conciencia social como si nada. Así ya puede fácilmente tomarse como inapelable el veredicto popular, y sostener que el público siempre tiene razón, o sea, tras haberlo adoctrinado con creencias y supersticiones que cuadran con el prontuario socialista y con píldoras de pensamiento único políticamente correcto que casi todos se las tragan sin soltar un hipo. Y si no es el caso, se produce una película ad hoc.

La doctrina está servida en forma de activa alianza de la pedagogía socialista y las fuerzas de la cultura. Ministras y cineastas enseñan juntos los valores y las leyes progresistas. ¿Cómo divulgar la acción de Gobierno sobre la eutanasia? He aquí Amenábar y su Mar adentro. ¿Violencia "de género"? Icíar Bollaín y Te doy mis ojos. ¿El "problema vasco"? Julio Medem y su Pelota vasca. ¿Los astilleros españoles en lucha? Fernando León de Aranoa y su Los lunes al sol. Y en este plan. Producciones Polanco & Rubalcaba Brothers y Asociados ya preparan las lecciones de cine sobre los matrimonios homosexuales, la investigación con células madre, la cultura revolucionaria del agua y la renovada televisión de nuestro corazón, corazón, para superar así la confrontación en España.

Fernando R. Genovés, 2004-09-17

Visión de las lenguas

Libertad Digital: Álvaro Esquivias Quesada (Sevilla) se desespera con esa muletilla que tanto ayuda a los hombres públicos: de alguna manera. Realmente es un comodín que no significa nada. Se introduce en el discurso o la conversación para alargar las frases. De esa forma se sacan fracciones de segundo para pensar lo que se va a decir. Como tantas otras costumbres léxicas, esta viene del inglés. El inglés, como el latín, es un idioma sincopado, sintético. Mientras se habla, queda poco tiempo para pensar. Los romanos lo arreglaban con frases hechas. Los angloparlantes recurren a muletillas que son como alargaderas de las frases. Una de esas es de alguna manera. Otra, por así decirlo. Recuerdo a mi maestro Daniel Bell. Hablaba tan deprisa y tenía tal torrente de ideas que continuamente tenía que recurrir a esas muletillas para poder pensar. Pero el español es un idioma pausado, retórico. No necesitamos esas alargaderas, que por tanto resultan odiosas.

Amando de Miguel, 2004-09-23

Argumentos aplastantes

Libertad Digital: Nunca tanta retórica estuvo tan vacía de contenido. Nunca se solemnizó de esta forma lo obvio, cuando no lo contradictorio. Nunca tanta vacuidad se descubrió en las intervenciones públicas de un presidente del Gobierno. Parece que dice mucho, para luego no decir nada y cuando intenta concretar algo es pavoroso lo que se puede intuir.

¿Saben de quién estamos hablando? Efectivamente, no es muy complicado. Nos referimos a José Luis Rodríguez Zapatero. La rueda de prensa ofrecida este martes en Naciones Unidas como adelanto a su intervención ante la Asamblea General es un ejemplo muy clarificador de alguien que no sabe lo que dice y que desde luego es mejor que no dijera nada. Cuando hace amago de realizar grandes planteamientos en público es para echarse a temblar.

Zapatero, tan campante, como quien habla del último partido de liga, ha aprovechado su estancia en Naciones Unidas para decir que la paz necesita más valentía que la guerra o que propone una gran alianza internacional para que no vuelvan a construirse muros entre civilizaciones. Zapatero filosofa sobre la vida, sobre los sentimientos y sobre la historia. Redicho, cursi y aparatoso en las formas, pero vacío en el fondo.

Zapatero se enreda en sus propias trampas dialécticas, con un resultado final desastroso. El presidente del Gobierno, intenta frenar su falta de gestión, con palabras y más palabras. Al final todo es simple palabrería. Vacía y sin sentido. El problema es que cuando esa palabrería viene de un responsable político se convierte en peligrosa. Esto no es juego, ni una adivinanza. Y Zapatero es llamativamente superficial. Ese es el problema.

Ignacio Villa, 2004-09-21

Libertad Digital: El asombro y la estupefacción va en aumento. Cada nuevo vistazo al discurso de Zapatero no hace más que provocar una mayor incredulidad. ¿Es posible que el presidente del Gobierno de España haya leído este texto en Naciones Unidas? ¿Es posible decir, en menos tiempo, tantas boberías? ¿Es posible tanto ridículo en algo más de un cuarto de hora? Sinceramente, la intervención de Zapatero en Nueva York pasará a la historia por su carácter marcadamente infantil.

Hay de todas formas una cuestión clave en esta historia. ¿Vive ZP en otro mundo, en un mundo feliz, o es que se refugia en las "utopías hippies" para esconder su incapacidad de afrontar y gestionar la política y la economía española? Zapatero ha tardado muy poco tiempo en apalancarse en las tribunas internacionales para no enfrentarse a las grandes cuestiones a las que tiene que hacer frente su Gobierno.

"Seamos todos buenos" dice el presidente del Gobierno, mientras, los astilleros están en la calle, el déficit del Estado sube, la política de inmigración es un desastre, la reforma constitucional está abierta y su crédito internacional es inexistente. Zapatero rehuye sus responsabilidades escudándose en viejas ideas más propias de una sociedad marginal que de una sociedad del siglo XXI en pleno desarrollo y con muchos retos por delante.

Es preocupante que el Jefe del Ejecutivo se atrinchere en una filosofía barata y de medio pelo, trasnochada y caduca en un intento de dar contenido a un recipiente que rebosa banalidad. Pero -¡ojo!- que está actitud es "altamente peligrosa". Detrás de la "foto pacifista" hay una clara imposibilidad de gobernar. Y en muy poco tiempo pagaremos todos los españoles esa irresponsabilidad. Estamos en pleno proceso: del talante al iluminismo. ¡La que se nos viene encima!

Ignacio Villa, 2004-09-22

Posesión de los medios

Libertad Digital: Si no fuera trágico sería para revolcarse de risa. Juan Luis Cebrián, respaldado por una altísima autoridad militar -que, por cierto, hace un papelón infame respaldando esos mítines sectarios-, va y denuncia las tremendas presiones, qué digo presiones, extorsiones que ha padecido su grupo bajo el aznarismo. Les dio el monopolio de la televisión de pago, les permitió seguir incumpliendo la sentencia del Supremo que les obligaba a devolver las emisoras de Antena 3, les legalizó la red de televisiones locales ilegales Localia, en vez de cerrársela, prevaricó al por mayor para favorecerlos, o dejó que otros prevaricaran bajo su presidencia, que no se sabe qué es peor. No sólo les permitió mantener su poder, ya inmenso, sino que les permitió acrecentarlo hasta extremos incompatibles con la pluralidad y la libertad, sin parangón en Europa y en ningún país del mundo occidental. Bueno, pues encima se quejan. Realmente debe de haber algo maligno en las meninges de los gestores del Imperio porque tanto desagradecimiento a quien los ha hecho todavía más multimillonarios es algo así como una malformación genética, sólo descodificable en clave política.

Supongo que cuando alguien con la biografía de Cebrián -niño mimado del franquismo, el comisario político-informativo más joven del régimen en su ocaso- pretende insultar a Aznar como hizo recientemente en Argentina, diciendo que es "el típico representante del fascismo sociológico" exorciza sus propios fantasmas, rehace una trayectoria vital inexistente y, como dijo una vez en público, elige a sus padres, es decir, se inventa una biografía en el mejor estilo del totalitarismo. Aún así, sorprende tanto odio contra alguien que está fuera del poder, teniendo ellos, los del Imperio, tantísimo. Pero si no en los anales de la psicología o incluso de la psiquiatría, el "Caso Cebrián" debería instalarse y estudiarse en los de criminología avanzada. No hay un caso semejante, ni siquiera aproximado, en que un supuesto extorsionado le saque tanto al supuesto extorsionador. Si cundiera el ejemplo, la delincuencia en España tendría sus días contados. Ser ladrón o chantajista sería tan mal negocio que hasta el más adusto delincuente colgaría la faca y la pipa y se pondría a hacer oposiciones a funcionario. Bueno, también podría entrar en PRISA y tratar de hacerse multimillonario, porque aún queda alguna cosa que puede entregarle el Gobierno al insaciable polanquismo. Por el Gobierno, no será. Lo que dudo es que lo permita Cebrián. Buena es el ama de llaves, y todavía en vida de Rebeca.

Control remoto

Control remoto

La Voz de Galicia: Científicos estadounidenses entrenan a ratas para que sean capaces de hallar bajo los escombros causados por un terremoto o atentado terrorista los cuerpos de las víctimas, según publica hoy la revista británica New Scientist.

Los científicos identificaron las señales nerviosas que emiten las ratas cuando huelen algo que les gusta, y las entrenaron para que encuentren irresistible el olor de los humanos. Después, desarrollaron un sistema de electrodos y se los implantaron en tres áreas del cerebro que procesan olores, preparan movimientos y reaccionan ante las recompensas. Estimularon entonces el área de las recompensas para que genere señales de placer cuando huela a humanos.

Cuando las ratas están entre las ruinas, los expertos controlan su evolución por ordenador y captan las señales de placer que emiten cuando perciben la presencia de un cuerpo. Su posición se detecta a través de señales de radio, y los equipos de rescate saben cuándo empezar a excavar.

Teología

Teología

El País.