Blogia
Álbum de recortes

¿Definición de familia?

La Voz de Galicia: Con los argumentos de Zapatero en la mano, es evidente que los polígamos están discriminados. Y no sólo los que quieren casarse con varias mujeres, sino también las poliándricas, que quieren varios maridos, y todas las coyundas de varios gais o lesbianas, o varios hombres con varias mujeres, que quieren realizar una comunidad de amor, adoptar niños, y darles más afecto del que podemos ofrecer los carcas.

De acuerdo con la visión moral y antropológica del Gobierno, la institución del matrimonio carece de dimensión social y de fines específicos (procreación y educación sexuada), y todo se reduce a un acuerdo entre personas para el ejercicio de una opción sexual indeterminada. Por eso no veo ni un solo argumento capaz de frenar la demanda de un matrimonio plural, al que sólo podrían oponerse los obispos, los que no tienen pedigrí laico, y los que creen que, a la hora de definir uniones aberrantes, importa más el número que el sexo.

En España hay millones de personas que estarían dispuestas a formar matrimonios grupales si no se lo impidiese la ley. El artículo 32 de la Constitución lleva tan implícita la poligamia como las uniones homosexuales. Y nadie podrá negar que, desde el punto de vista del orden y la economía familiar, tendríamos enormes ventajas. Los niños nunca quedarían solos a causa del ocio o del trabajo de los padres, porque siempre habría otros padres y madres para cuidarlos. El afecto sería mayor, al evitarse la violencia y las agresiones que produce la caduca y sospechosa pareja bisexual. En caso de divorcio de uno o dos cónyuges los niños ni se enterarían. Y el problema de la vivienda mejoraría notablemente.

En el supuesto de que un hombre se casase con mujeres de distinta raza (blancas, negras, amarillas, cobrizas y aceitunadas) los niños aprenderían el valor de la multiculturalidad en el seno de la familia, y todos estarían capacitados para hablar varias lenguas y practicar varias religiones a la vez. Y todo en una comunidad de amor que, ajena a todo prejuicio numérico o sexual, podría engendrar hijos variopintos o adoptar a destajo.

Y como para muestra basta un botón, responda usted a una simple pregunta. Entre dos legalidades posibles, ¿qué situación prefiere: que un heredero de la Corona se case con un presentador del telediario, cosa que la ley Zapatero hace perfectamente posible, o que forme una familia plural con tres chicas a las que en esta ficción llamaremos Isabel, Eva y Letizia? La preferencia de los españoles por la segunda respuesta es abrumadora, aunque la discriminatoria ley aprobada por ZP la hace irrealizable. Porque, cuando la moral y el progreso se confunden, se entra en un camino sin retorno.

X.L. Barreiro, 2004-10-04

0 comentarios