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Intervencionismo

Liberalismo: El intervencionismo es cualquier acto del gobierno que representa el inicio de fuerza física y al mismo tiempo no llega a imponer un sistema económico socialista completo en el que la producción se desarrolla enteramente o al menos característicamente, por iniciativa del gobierno. Al contrario que en el socialismo, el intervencionismo es un sistema en que la producción se caracteriza por desarrollarse por iniciativa privada, incluyendo empresas privadas, y el motivo último es el deseo de obtener beneficio. El intervencionismo existe en el marco de una economía de mercado, aunque como Von Mises dice, una economía de mercado así es una economía de mercado entorpecida.

Muchos países, de los que a menudo se piensa que son socialistas, bien sea ahora o en el pasado, como Suecia, Israel, y el Reino Unido bajo el antiguo partido laborista, deberían verse como economías de mercado entorpecidas y restringidas porque la producción en esos países se caracteriza o caracterizaba, por desarrollarse bajo iniciativa privada, y motivada por el beneficio. El efecto del intervencionismo extensivo en esos países es o era el de impedir a los ciudadanos hacer muchísimas cosas que habrían hecho si hubieran sido libres de hacerlo y el de obligar a hacer muchísimas cosas que no habrían hecho si no hubieran sido obligados a hacerlo. Pero dentro de esos límites, las decisiones que atañen a la producción se toman y tomaban por individuos motivados por la posibilidad de obtener beneficios y evitar pérdidas. Por tanto, es todavía la iniciativa privada, motivada por el beneficio, la que anima e impulsa la economía de esos países. El hecho de que el partido en el gobierno de esos países se llame socialista y apoye la filosofía del socialismo no es suficiente para convertir a esos países en estados socialistas.

Los únicos países verdaderamente socialistas que han existido son la antigua Unión Soviética y sus países satélites del este de Europa, la China comunista y sus satélites, Cuba y muy importante también, la Alemania Nazi. [...] De esta manera la distinción entre intervencionismo y socialismo es ahora clara.

Sin embargo, también es necesario distinguir el intervencionismo de la acción adecuada y legítima del gobierno, que no constituye intervencionismo.

Toda acción gubernamental, buena o mala, lleva consigo el uso de la fuerza física, como bien dice una expresión latina "nulla lege sine poena" que significa "no hay ley sin castigo". Cada ley, edicto, decreto o regulación que pone en marcha el gobierno, está respaldada por el uso de la fuerza física, llegando incluso al extremo de la muerte si alguien no la obedece. Y esto se aplica incluso a las ofensas sin demasiada importancia, como la negativa a llevar el cinturón de seguridad o de pagar una multa de aparcamiento. Primero, pueden llegar avisos sobre la falta, en forma de cartas, luego, las cartas se hacen más y más agresivas, pidiendo el pago de la multa. Si no se obedecen, vienen multas mayores y por último llega el arresto y la prisión. Y si cuando los oficiales van a arrestar al infractor, éste se resiste, entonces se aplicará toda la fuerza que sea necesaria para vencer esta resistencia incluyendo el uso de armas de fuego y francotiradores.

Pero de ninguna manera todos estos ejemplos son erróneos, o no razonables o rechazables. Hay asesinos, ladrones, violadores, asaltadores y timadores de varias clases (las actividades de estos últimos son equivalentes a robos). Las acciones de todos estos tipos de gente representan el uso de la fuerza física, que consiste en hacer físicamente algo con la propiedad privada de la persona o con la persona misma en contra de su voluntad. Cuando el gobierno utiliza la fuerza contra estos malhechores, sus acciones representan el uso de la fuerza física en defensa o represalia, en nombre de las víctimas inocentes.

El uso de la fuerza por parte del gobierno en dichos casos, siempre y cuando no sea excesivo, es enteramente apropiado. En esencia, es el mismo uso de la fuerza que utilizaban los Sheriffs y los Marshalls de los Estados unidos, que se veían en las películas del salvaje oeste contra los ladrones de bancos, de ganado, etc. La diferencia entre el uso de la fuerza en defensa o como represalia y el inicio de la fuerza es esencial para distinguir a los buenos y los malos de esas películas del oeste. Esta es la diferencia en el uso de la fuerza entre un ladrón de banco y un vigilante del banco, y entre un secuestrador y los rescatadores del secuestrado.

Es el mismo principio el que se aplica a las fuerzas armadas de un determinado país. El uso de la fuerza es legítimo mientras se use en defensa o represalias contra la agresión externa.

El uso de la fuerza por represalias o de manera defensiva, no constituye intervencionismo. En esos casos, el gobierno simplemente está haciendo el trabajo totalmente legítimo y limitado de proteger la propiedad privada y los derechos individuales contra el uso de la fuerza física. El concepto de intervencionismo se aplica únicamente a casos en los que el gobierno no utiliza la fuerza en defensa o represalia, sino como el agresor, es decir, que usa la fuerza contra gente que no ha iniciado su uso.

Esto es lo que el gobierno hace siempre que prohíbe una relación contractual voluntaria, como el ofrecimiento y la aceptación de un precio o salario o productos o condiciones de trabajo entre dos partes que estiman que es beneficioso para ambos el ofrecer y aceptar dichos precios, salarios, etc. De la misma manera, el gobierno usa la fuerza física, cuando obliga a que una persona pague parte de su capital o ingresos, en contra de su voluntad, para el beneficio o sustento de otra, como es el caso de la financiación del bienestar público, las viviendas de protección oficial y la educación pública o algún supuesto beneficio para ella misma y que prefiere no pagar, como la seguridad social u otros seguros médicos.

Hasta aquí hemos tratado la naturaleza del intervencionismo. La política que consiste en evitar férreamente el intervencionismo es la política del laissez-faire, que se puede entender muy sencillamente como: si una acción no representa el inicio de la fuerza física, el gobierno debe mantenerse al margen, es decir, no intervenir.

George Reisman, 2004-06

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